Un incendio y enfrentamientos violentos en la cárcel más grande de Irán deja cuatro muertos y 61 heridos
Las autoridades de la República Islámica atribuyen el suceso a un motín de los presos políticos que quisieron escapar y acabaron atravesando un campo de minas
Teherán
Un incendio y nuevos enfrentamientos en la mayor cárcel de Teherán ha dejado cuatro muertos y 61 personas heridas, de las que diez siguen hospitalizadas. La pasada noche se declaró un importante incendio en la prisión Evin, que alberga a presos políticos contrarios al régimen islámico en el poder, y se escucharon por toda la ciudad disparos y explosiones procedentes del recinto carcelario. Las versión oficial dada por las autoridades ha atribuido el suceso a un motín de presos comunes que prendieron fuego al almacén de ropa, provocando el incendio y que se produjeran choques entre los presos y los funcionarios.
Cuatro presos fallecieron por inhalación de humo y más de sesenta resultaron heridas a consecuencia de los enfrentamientos violentos con los guardias y las llamas. Los dirigentes de las fuerzas del orden de la República Islámica acusaron a los presos -políticos, extranjeros y periodistas- de haber tratado de escapar portando armas blancas. Además, atribuyeron las explosiones al hecho de que los presos en su huida entraron en un campo de minas situado al norte del penal, provocando las detonaciones que se escucharon.
El supuesto motín se produce en medio de las protestas sociales que se llevan sucediendo en todo el país desde la muerte el pasado 16 de septiembre de la joven Mahsa Amini a manos de la policía islámica de la moral, tras ser detenida por llevar mal colocado el hiyab. La respuesta a las manifestaciones contra el gobierno, que lideran jóvenes y mujeres bajo el lema "mujer, vida y libertad", están siendo reprimidas duramente por las fuerzas de seguridad con porras, gases lacrimógenos, cañones de agua y disparos con munición real, según ha denunciado la ONU. La ONG Irán Human Rights ha advertido de que ya son 93 los civiles muertos a consecuencia de la acción represiva de la policía contra las movilizaciones sociales. 23 de los muertos eran menores de edad, de entre 11 y 17 años.
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Algunos prisioneros políticos o extranjeros aseguraron a sus familias que se encuentran bien y no sufrieron heridas durante los violentos sucesos de anoche. Entre los apresados se encuentra el activista ambiental británico-iraní Morad Tahbaz, el empresario iraní-estadounidense Emad Shargi que fue acusado de espionaje, la antropóloga iraní-francesa Fariba Adelkhah, el director de cine iraní Jafar Panahi, el opositor Arash Sadeghi, la periodista Niloufar Hamedi, el empresario iraní-estadounidense Siamak Namazi o el twittero Hossein Shanbezadeh.
Culpan a EEUU de promover las protestas
Los dirigentes del régimen teocrático que se encuentra en un momento de profundo malestar social ha acusado directamente al presidente de EEUU, Joe Biden, de fomentar "por enésima vez" las protestas que está protagonizando el grueso de la población iraní para mostrar su rechazo a la República Islámica. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, ha dicho en tono burlesco dirigiéndose a Biden que "como no tiene asesores de confianza ni buena memoria, le recuerdo que Irán es demasiado fuerte y firme para rendirse" ante las sanciones económicas y demás medidas que el bloque occidental pudiera imponer al país. Kananí acusó a Biden en un comunicado colgado en Instagram, red a la que no tienen acceso los iraníes de a pie, de promover las movilizaciones difíciles "a través de declaraciones intervencionistas".
Por su parte, el presidente de EEUU calificó al régimen de los ayatolá de "opresivo" mientras que se mostró "impresionado" por las mujeres persas que estos días están teniendo un papel histórico en las manifestaciones.