Nikki García, la voz del GPS: "Casi nada de lo que oyes en un asistente ha sido grabado como tal, ni las frases ni las calles"

Madrid

El lema de la SER es: la fuerza de la voz. El poder que tiene la voz para transmitir, para acompañar, para comprender. Hay voces que identificas al instante, hay voces que no se te van nunca de la cabeza y hay voces que no tienen nada que ver con la persona que te habías imaginado.

Nikki García es cantante, es actriz de doblaje, es locutora, es hasta granjera a tiempo parcial, y es, también, la voz que se cuela en tu coche cada vez que enciendes el GPS más famoso de España para saber llegar a un sitio. Sí, esa que empiezas a maldecir cuando pierdes cobertura y se reconfigura la ruta que llevabas. Esa misma.

"También hay gente que me tiene mucho cariño porque no soy sólo el GPS, también soy el asistente, entonces hay mucha gente a la que mi voz les asiste cada día y cuando me reconocen por la calle o cuando hablo me hablan con mucha ternura", reconoce en Hora 25. "Es probablemente la respuesta más bonita que alguien puede tener de un trabajo como este, y es que realmente recibo mucho cariño de la gente". Y aunque ella se ha acostumbrado ("al principio se me hacía más extraño"), dice que se pone a la competencia para que no sea su propia voz la que le asiste en casa.

A partir de ahí, toda una conversación sobre la voz. "Supongo que mi voz es versátil porque hago muchas cosas distintas", dice García, que acaba de grabar la narración del audiolibro de la última novela de Juan Gómez-Jurado, 'Todo arde'.

"Cuando grabas un audiolibro normalmente haces todos los personajes y todas las emociones y eso se tiene que distinguir en la narración, son muchos los momentos por los que pasas y eso son muchas decisiones que hay que hacer en segundos, es un ejercicio mental muy interesante", afirma la locutora al explicar que hay enormes diferencias a la hora de grabar un audiolibro o frases para el asistente de voz, porque en uno tienes que desplegar todos los sentimientos que se están contando y el otro debe ser una voz aséptica. "Casi nada de lo que oyes en un asistente ha sido grabado como tal, ni las frases ni las calles". En todo caso, detrás lo que hay es, sin ninguna duda, horas y horas de grabación.