Beca

Madrid

Hoy en la Cadena SER estamos contando pormenores del futuro Estatuto de Becario. Y hoy en La ventana estamos hablando de las Becas Leonardo. Así que hoy la palabra es evidente, beca, un término de origen incierto, nos dice la RAE, que tiene tela. Porque la beca fue originariamente un adorno telar que llevaban los clérigos sobre su sotana o el que llevaban, y aún llevan, estudiantes o universitarios en actos solemnes como distintivo de un colegio o de una facultad. Y tela, coloquialmente dinero, es a lo que hoy nos remite generalmente la palabra beca, para nombrar la ayuda o subvención que se otorga para realizar estudios o investigaciones.

Y por eso, los sustantivos becario y becado, aunque son sinónimos, se han especializado. Un estudiante que recibe una ayuda de estudios o que a través de una beca realiza prácticas laborales para completar su formación sería un becario. Mientras que quienes hoy nos acompañan, profesionales y científicos que reciben apoyo económico para investigar, serían becados. La palabra becario tiene primas hermanas con las que a través del tiempo hemos nombrado a quienes daban sus primeros pasos en el trabajo: los aprendices, los meritorios... Y se echan en falta en el diccionario un par de acepciones de la palabra becario. Una con rima consonante, precario. Y otra que nos remitiría a chivo expiatorio, a cabeza de turco, porque los pobres becarios, con frecuencia, cargan con todas las culpas de los fallos de otros. Y eso, como a veces la beca, no está suficientemente pagado.