La Palabra del día

La Ventana

Fue un término que acuñó el microbiólogo Selman Waksman en los años cuarenta del pasado siglo

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Si la libertad hubiera nombrado un régimen opresivo, seguramente no nos parecería una palabra bonita

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La borrasca, en días como estos, suele ser tema preferente para una charla de ascensor y excusa perfecta para los impuntuales

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Hoy es el Día del Padre, una fiesta que, paradójicamente, se celebra en honor de un santo varón que no fue técnicamente padre, sino “padre putativo”

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Es curioso cómo la lengua coloquial ha ido dando nuevos sentidos a esta palabra

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El registro más antiguo de la palabra se encuentra en documentos aún latinos del siglo IX, con el sentido de riqueza o de bienes

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Hoy lo tenemos asociado al comercio internacional, a las cargas que impone un país a los productos que se importan, que han de pagar quienes quieren exportarlos y que, al final, acabamos pagando los de siempre

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Es un término tan viajero como un virus, porque nos llegó del francés previo paso por Roma, que a su vez la importó del griego pandemos

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Los primeros académicos, hace 300 años, concretaron en exceso los límites de la juventud entre los 14 y los 21 años

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Celebramos que el centurión Pipo Serrano ha conseguido reunir en este tiempo una centuria de revolucionarios a los que podríamos llamar "revolucienarios"

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No sabemos por qué una fiesta tan popular ha alimentado tantos estigmas en la lengua coloquial

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Decir que la escultura es cultura es un pleonasmo facilón, con el aroma de los poemas infantiles de Gloria Fuertes, porque lo lleva tallado en la palabra

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La palabra no requiere mucha explicación, ni en su sentido recto ni en el figurado, como eufemismo de testículo, pequeño testigo, o cojón, que hoy suena fatal, pero que en latín era coelus y nombraba una bolsa de cuero

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Olvido es una palabra hermosa que nos llegó del latín oblivium, que en esa lengua significaba lo mismo que hoy, dejar de recordar

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En árabe Sáhara, ṣaḥrā, significa desierto

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Esta palabra la construyeron los primeros castellanos a partir de dos términos latinos: "nos", que ya significaba nosotros en latín y "alter", que nombraba al diferente, al otro

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Se refiere tanto al deporte como a los largos patines con los que se practica, nos llegó desde Noruega: ski, con ese líquida y con k

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La palabra soledad nos llegó de la latina solitas, que a su vez proviene de solus, que significa solo o aislado

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La palabra alternativa nos llegó del francés, aunque su raíz es latina

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Supongo que hubo pinos en nuestro territorio antes de que llegaran los romanos, pero el nombre nos lo dejaron ellos

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Los primeros Rodríguez, Pérez, González, Álvarez, Sánchez o García fueron hijos, respectivamente, de un Rodrigo, Pedro, Gonzalo, Álvaro, Sancho o Garci

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La desinformación es tan antigua como la información, pero el fenómeno fue nombrado, en términos históricos, antes de ayer

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Su raíz latina, iocus, se refería a una broma, una chanza y, en general, a cualquier diversión

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Los académicos, muy modernuquis, aparte de poliamor recogieron en el último diccionario la palabra amigovio, la persona que es un poquito menos que novio, usada en muchos países hispanohablantes

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En el estudio creamos y hablamos con los que crean, y aquí nos citamos con estudiosos que llenen nuestras bolsas de ignorancia

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En el primer diccionario académico, hace tres siglos, el sueldo y el salario eran los que los amos daban a sus criados

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El femenino científica se registró ya en el primer Diccionario de Autoridades, hace tres siglos, e investigadora entró en 1803, pero fue un espejismo

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Pero Goya, referida a los premios cinematográficos, no figura en el diccionario. Y es extraño, porque los académicos recogieron la palabra óscar en un diccionario manual de 1989 y en su diccionario oficial en 2014

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Cuando aterricen tendremos que darles muchas explicaciones sobre por qué hemos decidido que un lunático sea un loco y a sus acciones las llamamos marcianadas

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Escrivá de Balaguer tomó viejas palabras latinas para nombrar su organización en 1928: Opus Dei, la obra de Dios, literalmente

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En aquel primer Diccionario de Autoridades, en 1734, se definía greguería como "confusión de voces, que no se perciben clara y distintamente"

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Nos llegó del griego asteroidés, que literalmente nombraría a lo que es parecido o tiene forma de estrella

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La acepción referida a "un beso superficial" -quizás habría que añadir "consentido" a la definición- es un neologismo que nos llegó del otro lado del Atlántico, de Bolivia y Colombia, concretamente, según aclararon los académicos en 2001

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La etimología nos lleva a Grecia, en donde la palabra madre exorkimós hacía referencia a un juramento, y en este caso sería un conjuro para sacar al demonio del cuerpo

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Sí que sabemos que la palabra paz, del latín pax, llegó antes a nuestros textos que la palabra guerra, de raíz germánica, werra

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Gilbert construyó el término electricidad porque ámbar, en griego, es elektron. Y a partir de ahí creció la familia, desde el verbo electrificar al sustantivo que nombra el oficio de electricista

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En realidad, la palabra rompecabezas es un puzle, como lo es la palabra pasatiempos, recogida ya en 1780

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La familia léxica de Borbonia engendraría el verbo borboniolear, para nombrar el alardeo patrio, y el sustantivo corinación, para el acto de entronización

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El uso de esta palabra como adjetivo, para referirnos a esas iniciativas legislativas en las que cabe cualquier materia, es relativamente reciente y aún no ha llegado al diccionario

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Esta palabra llegó del catalán correu, que la había heredado a su vez del francés antiguo corlieu, que literalmente nombraba a quienes corrían de un lado a otro