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La historia detrás del lazo rosa por el cáncer de mama que primero fue color melocotón

La iniciativa nació en el salón de una casa en EEUU para promover la prevención de una enfermedad que cada vez afectaba a más mujeres

El lazo original contra el cáncer de mama creado por Charlotte Haley.

El lazo original contra el cáncer de mama creado por Charlotte Haley.

Madrid

La historia se escribe de múltiples maneras y discurre por escenarios a veces inéditos. No siempre prevalece la idea original. Lo cierto es el que el lazo rosa que simboliza la solidaridad por el cáncer de mama no siempre fue rosa. De hecho, son muchas las voces las que critican esa derivación ya que proyecta una idea edulcorada de la enfermedad. Corría 1991 cuando en EEUU, Charlotte Haley, quiso llamar la atención sobre la inversión pública destinada a la prevención del cáncer. En ese momento el presupuesto anual del Instituto Nacional del Cáncer era de 1.800 millones de dólares, y solo se dedicaba el 5% a los cribados.

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Con ese punto de partida reivindicativo, a Haley se le ocurrió que podía mover conciencias con un solo gesto. Crearía lazos contra el cáncer de mama en su comedor. Y serían de tono melocotón., su color favorito. La intención era promover la prevención. Ella misma acababa de ser diagnosticada como otros miembros de su familia. El lazo adoptó forma de pulsera y comenzó a repartirse entre los vecinos: asociaciones, supermercados, colegios, tiendas, etc... Junto a la pulsera se incluía un papelito en el que se podía leer: "Ayúdanos a despertar a los legisladores y a EEUU llevando este lazo". También se contactó con algunas primeras damas y personas influyentes en la toma de decisiones. Se realizaron paquetes que contenían hasta cinco pulseras.

El mensaje reivindicativo corrió como la pólvora

La humilde campaña comenzó a dar sus frutos. Al año siguiente, la editora de 'Self', una revista de salud para las mujeres, Alexander Penny, quiso desarrollar la iniciativa. Pero, Haley no le pareció bien. Pensó que la iniciativa era demasiado comercial. Al final, y por motivos legales, no pudieron usar el lazo de color melocotón y decidieron teñirlo de rosa. El resto es historia.

Charlotte Haley, inventora del lazo contra el cáncer de mama.

Charlotte Haley, inventora del lazo contra el cáncer de mama.

Charlotte Haley, inventora del lazo contra el cáncer de mama.

Charlotte Haley, inventora del lazo contra el cáncer de mama.

Luego, la compañía de cosméticos Estée Lauder con la ayuda de Evelyn Lauder se alió con Alexander Penney. Juntas pusieron en marcha una promoción de esta campaña contra el cáncer de mama. Con el paso de los años, han sido muchas las organizaciones públicas y privadas que han hecho suyos los lazos rosas como emblema, pero la historia sigue avanzando.

La evolución del rosa

El pasado 19 de octubre, Día contra el cáncer de mama, la asociación Teta&Teta lanzó un vídeo en el que un grupo de mujeres narra la verdadera historia del icónico lazo y explica el origen del término 'pinkwashing', que se utiliza para denominar el “lavado de cara” del que algunas empresas se lucran para vender sus productos.

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"Queríamos contar de dónde viene el pinkwashing porque abre los ojos y mostrar lo que oculta porque espabila. No son guerreras ni valientes, solo son mujeres enfermas. ¿Se puede luchar un tumor como se lucha un partido de baloncesto? ¿Es una cuestión de valentía como cruzar un descampado de noche solas? ¿Las que no sobreviven, no lucharon?", se preguntan en su entrada en Instagram.

"El cáncer de mama no es rosa, es puto marrón"

Explican que se unen así al movimiento #Thinkbeforeyoupink creado en 2002 por #KarunaJaggar: "Es más poderoso que crear uno nuevo: pensar antes de sumarse al rosa; frenarse; pensar. ¿Por qué el cáncer de mama es la única enfermedad comercializada del mundo? ¿Por qué no hay campañas de recaudación para el cáncer de próstata ni mensajes en los packs de calzoncillos?".

Como su predecesora Haley, esta asociación quiere poner el acento en la importancia de la investigación. "Urge comprender que esta lucha no es rosa ni de las marcas ni de las personas sino de la ciencia y las instituciones. No hay suficiente inversión en investigación. El camino sigue siendo un infierno y entre el 20 y el 30% de las pacientes no se curan. Es una epidemia", explican. En un momento del vídeo, una de las protagonistas lo deja claro: "El cáncer de mama no es rosa, es puto marrón". El círculo del lazo melocotón que se abrió hace 31 años en un comedor de EEUU se cierra ahora.

Maika Ávila

Maika Ávila

Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...

 
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