Sánchez aspira a aprobar los terceros Presupuestos con una mayoría superior a la de la investidura

Madrid

En medio de una Europa en la que el Reino Unido activa el proceso para nombrar a su segundo ’premier’ en mes medio, donde el gobierno de Italia se sumerge en una crisis interna antes incluso de su formación, o donde el malestar social que recorre Francia pone en apuros al presidente Emmanuel Macron, España es, a ojos del ejecutivo y del PSOE, una ‘isla de estabilidad’. Ese es el relato que Pedro Sánchez aspira a consolidar con la aprobación de los terceros, y previsiblemente últimos, Presupuestos Generales del Estado, que este viernes han recibido un empujón en su trámite parlamentario.

La decisión de los socios prioritarios de no presentar enmiendas a la totalidad dejan al Gobierno en disposición de negociar las cuentas con diez partidos políticos, y de lograr hasta 190 votos a favor. En este momento hay abiertas conversaciones con ERC, PNV, EH Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, Coalición Canaria, Teruel Existe, PRC o el BNG. Todos han renunciado a vetar el proyecto de presupuestos y todos han intercambiado con Hacienda alguna propuesta que les permitiría dar ese sí al final del recorrido que se inicia ahora.

De lograr esa suma (aún faltan los posicionamientos definitivos de muchos partidos), el Gobierno lograría sacar sus terceros Presupuestos consecutivos con una mayoría más amplia que la que permitió la investidura. Algo que no ocurría, como ha recordado el jefe del Ejecutivo, desde hace 7 años. “Esto demuestra que este Gobierno, al que se le ha tachado de muchas cosas, ha hecho los deberes y tiende la mano a las fuerzas parlamentarias para buscar acuerdos”, ha dicho Sánchez desde Bruselas poco después de conocer el anuncio de sus socios. Contra ese frente amplio que persigue consolidar se han situado el PP, Vox, Ciudadanos, Junts o la CUP, que sí han presentado enmiendas a la totalidad.

ERC y Bildu harán sudar al Gobierno

Pero a pesar del escenario idílico que dibujan en el PSOE, el proceso de negociación no se cierra hoy, tal y como se han encargado de recordar los grupos vascos y catalán en los comunicados de este viernes. El diálogo continúa para garantizar los apoyos de cara a la tramitación definitiva y tanto PNV como ERC y Bildu han vuelto a insistir en la idea de que harán sudar al Gobierno si quiere mantenerlos en el redil hasta el estadio final. Pero al margen de declaraciones más o menos gruesas, las partes reconocen que el clima es propenso al pacto, y a pesar de las tensiones vividas meses atrás por la gestión de la crisis diplomática con Marruecos, Pegasus, o por la muerte de los migrantes en la frontera de Melilla y Nador, Sánchez encara la parte final de la legislatura y el ciclo electoral acompañado de sus socios.

En el Grupo Parlamentario Socialista recuerdan con ironía las semanas en los que en el Congreso algunos diputados comentaban la necesidad de alcanzar un pacto presupuestario con el PP forzado por la invasión rusa de Ucrania, el envío de armas al frente, o los compromisos con la OTAN para el incremento del gasto militar. Un asunto, que a pesar de las reacciones airadas del portavoz parlamentario de Unidas Podemos en redes, al final tampoco ha generado un gran problema entre las dos partes de la coalición. “Los socios parlamentarios tienen para sus territorios los mayores recursos de la historia”, apunta un portavoz socialista dejando caer que las inversiones rebajarán cualquier tensión.

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ERC obvia la reforma del delito de sedición

Ni los republicanos catalanes ni EH Bildu han revelado las contrapartidas que se están negociando con el Gobierno para mantener viva la negociación de los Presupuestos. En los comunicados que han hecho públicos poco antes de que expirara el plazo ambos grupos se han limitado a expresar los objetivos que pretenden conseguir. Los independentistas vascos plantean medidas “que respondan a las necesidades sociales y económicas que la ciudadanía de Euskadi comparte y dirigidas a mejorar las condiciones de vida de la mayoría trabajadora”. Fuentes del grupo abertzale apuntan a que sobre la mesa están cuestiones relacionadas con la vivienda y con la consolidación de compromisos pactados anteriormente. En la última negociación, por ejemplo, arrancaron al Ejecutivo una subida temporal de las pensiones mínimas.

Esquerra Republicana (ERC) también ha fijado como prioridad obtener inversiones económicas y sociales para Cataluña, pero el partido de Aragonès ha evitado este viernes hacer referencia a la reforma del delito de sedición, una petición que sí han planteado en las reuniones con el Gobierno. Este viernes el grupo republicano se ha limitado a considerar “imprescindible que todos los actores contribuyan a generar las condiciones de confianza necesarias para mantener las negociaciones en marcha”. Hasta hoy, la dirección del partido que preside la Generalitat, consideraba imprescindible avanzar en ese aspecto para dar un apoyo definitivo a las cuentas. “Sin agenda antirrepresiva no habrá cuentas”, decían este jueves. Sánchez se ha abierto este viernes a discutir sobre ese aspecto del Código Penal y a modificarlo, de manera paralela a la cuentas, y si se logra un consenso suficiente para lograrlo.

Con el PNV lo que ha precipitado el acuerdo ha sido la renovación de la ley del Cupo vasco. “Estábamos empezando a entrar en un punto de cierta inseguridad jurídica”, ha señalado Esteban. Ahora, y gracias al acuerdo alcanzado, se procederá de manera “inmediata” a la convocatoria de una Comisión Mixta en la que se renovará para los próximos cinco años esta Ley “en los mismos términos y parámetros de la que tenemos en estos momentos”, que fue acordada con el entonces ministro de Hacienda Cristóbal Montoro en 2017. Esto va a permitir que, salvo sorpresa, los nacionalistas vascos, den su respaldo al Gobierno.