El presidente de China, Xi Jinping, ha sido ratificado este domingo como secretario general del XX Comité Central del Partido Comunista de China para un tercer mandato sin precedentes que le consolida como líder indiscutible del país, al término de un congreso en el que el mandatario ha presentado en sociedad su nuevo núcleo duro de gobierno. El Comité Permanente del Partido comprenderá nombres como Wang Huning, considerado uno de los máximos exponentes de la ideología del presidente chino, o Zhao Leji, jefe de la Comisión Central de Inspección Disciplinaria, el principal organismo de control anticorrupción del partido. Junto a ellos estarán los jefes del partido en Cantón, Li Xi; en Shanghái, Li Qiang; y Pekín, Cai Qi, junto al que hasta hoy era el director de la Oficina General del Partido (máximo órgano de información interna), Ding Xuexiang. La agencia oficial de noticias Xinhua sitúa además a Li Qiang como segundo en el escalafón general del partido, lo que le convierte en el primer ministro designado del país una vez su predecesor, Li Keqiang, abandone su cargo el año que viene. Junto al primer ministro dejarán la política nombres destacados como los responsables del Congreso, Li Zhanshu, o de la Conferencia Consultiva, Wang Yang, en lo que se trata a todos los efectos de una sustitución total de la cúpula de poder que prácticamente elimina cualquier voz disidente. En su breve y mesurada intervención ante medios de todo el mundo, posterior a la presentación de los nuevos integrantes del Comité Permanente, el líder chino desplegó sus eslóganes habituales y alentó a la centenaria formación comunista a seguir «floreciendo en su propia revolución» y a continuar en la senda que permita al PCCh «convertirse en la más fuerte y fiable espina dorsal del pueblo chino». El presidente de la segunda economía del globo considera que el mundo «encara retos sin precedentes» en el momento actual y aseveró que «China no se puede desarrollar sin el mundo, y el mundo también necesita a China». «Tras más de 40 años de esfuerzos incansables en reformas y apertura, hemos creado dos milagros de rápido desarrollo económico y estabilidad social a largo plazo. En este momento la economía china es resiliente y tiene grandes potencial y capacidad de maniobra», ha indicado. Además, ha asegurado en un mensaje para el resto de países que las puertas de China seguirán abriéndose, a la vez que el país seguirá «creando oportunidades para el resto del mundo» gracias a su propio desarrollo. Todos estos nuevos nombramientos acompañarán al presidente chino en lo que el mandatario ha descrito este domingo ante los medios como «una revolución interna en la expedición hacia el futuro» del país con el propósito de «mantenerse firme en la profundización» del plan de reforma iniciado por Xi desde su llegada al poder. Los delegados han apoyado la inclusión de varios conceptos teóricos en la constitución: entre ellos están los «Dos Establecimientos», que establecen la posición de poder de Xi como el núcleo del Partido y las «ideas de Xi Jinping para el socialismo al estilo chino en una nueva era» como principios fundamentales. En este sentido, Xi, en su discurso final del sábado, ha hecho un llamamiento al nuevo Comité Central a seguir «inquebrantablemente» el camino del desarrollo político del socialismo con peculiaridades chinas y a adherirse a «la unidad orgánica del liderazgo del partido». Además, ha mostrado su disposición para «fortalecer la garantía del dominio popular del país» desarrollando «integralmente» la democracia consultiva, así como promoviendo «la democracia popular» y consolidando un «frente único patriótico», según ha detallado la citada agencia. Los únicos nombres que repiten son Wang Huning, de 67 años, y Zhao Leji, de 65. El primero forma parte del círculo de confianza del líder chino, ha sido su asesor de cabecera y es considerado como uno de los más importantes «ideólogos» del Partido Comunista de China actual. Su impronta se ha visto en los avances del país de cara a construir un estado más centralizado y fuerte. Por otro lado, sigue entre «los siete» Zhao Leji, que hasta ahora estaba al frente de la citada comisión disciplinaria del PCCh, suena para ser el que encabece el principal órgano consultivo chino. Por el momento, no se conocen con certeza las razones reales detrás del suceso ocurrido ayer durante la clausura del Congreso, cuando el expresidente Hu Jintao, antecesor de Jinping en el cargo, fue escoltado por dos comisarios fuera del auditorio del Gran Palacio del Pueblo, donde se celebró la histórica cita. Las dos principales versiones que están circulando apuntan a que, o bien se trata de una purga con escarnio público que busca liquidar a la facción crítica con el actual dirigente chino que representaría Hu Jintao o, como indica en las últimas horas, la agencia estatal de noticias Xinhua News, el exlíder de 79 años, al que se le suponen varios y graves problemas de salud, se sintió indispuesto durante la reunión con lo que fue auxiliado y acompañado fuera de lugar. La XX edición de la más importante reunión del Partido Comunista de China (PCCh), además de implicaciones ideológicas y políticas, implica serias e importantes implicaciones para la economía mundial. Durante las jornadas en las que se ha desarrollado el Congreso, el discurso dominante ha puesto énfasis en la importancia de no tratar de conseguir un crecimiento rápido per se, sino uno que sea de «alta calidad», para conseguirlo Xi Jinping remarcó como clave el aumento de la demanda nacional y la necesidad de lograr una mayor seguridad en las cadenas industriales y de suministros. El primer hombre del gobierno chino habló, al mismo tiempo, de lo fundamental que resulta alcanzar la «autosuficiencia» tecnológica, en un contexto marcado por la guerra comercial que libra con EEUU. Además, el líder chino dio paso en lo relativo a «prosperidad común», abriendo la puerta a «regular» la acumulación de riqueza y a «ajustar» los ingresos «excesivos». Esta es la primera vez que Xi hace una alusión tan clara a la necesidad de implantar mecanismos que permitan regular la acumulación de riqueza en el país. Según la consultora Trivium China, en los próximos meses se conocerán más detalles sobre cómo se traducirá en la práctica esta intención de controlar la desigualdad económica de la población.