"Quienes tiran sopa de tomate contra un Van Gogh son necesarios": la razón por la que el científico Juan Fueyo defiende a los "agitadores" en la lucha contra el cambio climático
El neurólogo, que acaba de publicar 'Blues para un planeta azul', considera que el aumento de la temperatura terrestre supone un riesgo en "virus que, frente al coronavirus, acarrean una mortalidad del 75%"
La razón por la que el científico Juan Fueyo defiende a los "agitadores" en la lucha contra el cambio climático
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Madrid
El verano de 2022 se cuela entre los cuatro periodos estivales más calurosos jamás registrados en España. Según datos de la Agencia Española de Meteorología, nuestro país registró 42 días de ola de calor en tres periodos marcados por temperaturas anormalmente altas. Un síntoma de la salud medioambiental del planeta. Y es que la temperatura media mundial ha aumentado alrededor de un grado respecto a los niveles preindustriales.
El cambio climático se materializa, también, en el aumento de incendios. Aún a unos meses para el nuevo año, 2022 es el periodo que registra una mayor superficie calcinada. Supera, incluso, la suma de los cuatro años anteriores. A esto se debe sumar el deshielo de los polos, que deriva en el aumento del nivel del mar, el incremento de enfermedades de origen animal o mayor número de episodios de inundaciones.
Si la temperatura terrestre subiera entre 5 y 6 grados, antes del año 2100, la civilización, tal y como la conocemos, se habrá extinguido. Esta es la idea que recoge Juan Fueyo en su último libro: 'Blues para un planeta azul', donde relata los efectos de la crisis climática sobre la salud y los cánceres. En el Día Internacional contra el Cambio Climático, el científico español, que lleva afincado en Estados Unidos desde hace 25 años, denuncia que la sociedad está en un "nivel moderado-grave" frente a un problema como el cambio climático.
Aunque centrado en la investigación para la lucha contra el cáncer, Fueyo apunta que si bien las sociedades humanas están destrozando la tierra, el planeta sobrevivirá a sus habitantes. "El planeta va a sobrevivir, no nos lo vamos a cargar, esta extinción está progresando y cuando se libre de la humanidad y el destrozo que genera el planeta seguirá", comenta contundentemente.
"Una sopa de plásticos"
Para Fueyo esta situación tiene unos "culpables" claros que son "todas las empresas que se dedican a la generación de combustibles fósiles". Con el actual modelo productivo, empresas como las petroleras "están convirtiendo la atmósfera en un basurero y los océanos en una sopa de plásticos", apunta. Al mismo tiempo cree que "nos ha dado una sociedad del confort, ya que la humanidad nunca había vivido tan bien".
Sobre la lucha climática, Fueyo la ha tildado de "revolución" y la ha equiparado a movimientos "como el marxismo o la ilustración", en los que "hace falta agitadores". Estas figuras se personifican en activistas como Greta Thunberg y en "quienes tiran sopa de tomate contra un un cuadro de Van Gogh y saben que hay un cristal delante", comenta en relación a la protesta de los ecologistas en la National Gallery de Londres. "Son necesarios", destaca.
Para el neurólogo esta sexta extinción tiene un condicionante especial, es la primera vez que no sería fortuita. "A los dinosaurios les cayó un meteorito y ahora es el primer momento en el que el hombre es capaz de cambiar el clima", señala. Unas palabras que dirige nuevamente a los "culpables" que, a su juicio, han desviado la culpa hacia la ciudadanía. "BP inventó la huella de carbono para desviar la culpa, pero se sabe quién la está causando".
El aire puro, un derecho
La Organización de las Naciones Unidas ha considerado como un derecho el respirar aire puro. Y es que, para el también neurólogo, el cambio climático ya es una causa en las actas de defunción. "La primera fallecida por polución fue una niña en Reino Unido", comenta sobre el precedente histórico que supuso que la Justicia británica relacionara la muerte de una niña de nueve años con los malos índices de calidad del aire de Londres.
Como sanitario que manipula virus, Fueyo no tiene duda de que pandemias como el coronavirus "dependen del clima". "Hay dos o tres virus por ahí, hendra y nipah, que acarrean una mortalidad del 75%, así que lo de la covid puede ser una broma en comparación", apunta. Pero cree que hay margen de mejora, como ha constatado en su Asturias natal. "Cuando era pequeño veía que los ríos de las cuencas mineras bajaban negros por el carbón, ahora lo hacen limpios y se crea la vida", comenta.
Más allá del fin de las "petrotiranías", que podría marcar el inicio del cambio, la juventud puede iniciar el cambio de tendencia. Su hija Irene no solo lo sabe, sino que se lo hizo ver. "Ella me insistía que el cambio climático lo producía el hombre, ella se quejaba de que yo no lo viera", se lamenta. Y es que hace unos años Fueyo no concebía este problema desde un paradigma social, lo que generaba discusiones con su hija
"Votar"
"Él no tenía ese punto de vista social", comenta Irene antes de que su propio padre lamentara no había entendido el "efecto del metano "al consumir las hamburguesas de una cadena rápida que tanto le apasionaban. Sin embargo, para ella era importante no comer carne o comprar ropa de segunda mano. Una concienciación que ha cambiado los hábitos en la familia. Ahora tomamos leche de almendra por Irene". añade el oncólogo
En este camino hacia el entendimiento ambos han encontrado una solución: votar. "La mayor medida para luchar contra el cambio climático es votar", comenta el padre, antes de que su hija añada que "lo que más podemos controlar, el cambio real, tiene que ser desde el lado político", culmina.