La globalización también afecta a la legalización del cannabis

Madrid

Alemania pretende legalizar el consumo y el cultivo de cannabis para uso recreativo lo cual le permitiría controlar todo el circuito de la sustancia y recaudar unos 5.000 millones de euros. El anuncio ha tenido efectos inmediatos: el camello de mi barrio lo ha utilizado como excusa para subir el precio de la mercancía. Le he preguntado cómo es posible que a un producto que viene de Marruecos le afecte tanto lo que pase en Alemania.

Me ha mirado como si yo fuera idiota y ha respondido: "La globalización, tronco. Estamos interconectados. Una mariposa mueve las alas en Frankfurt y sube la bellota de costo en Ketama". Como ha visto que no me lo he tragado, ha añadido: "Lo de que legalicen el hachís en Alemania crea mazo de inseguridad jurídica. Tú imagínate que mañana hacen lo mismo aquí. A la mierda el negocio, tron".

España llega tarde a la legalización del cannabis

Luego ha querido convencerme de que lo que van a hacer los alemanes es un error, que un porro comprado legalmente coloca menos, que es como pagar una mariscada con IVA, no se disfruta igual. "Alemania -me ha dicho- mola en filosofía, coches y pastores alemanes, pero en la movida del hachís no puede ser un referente".

Le he contestado que legalizarlo serviría, al menos, para evitar que lo corten añadiéndole Avecrem. Se ha sentido aludido y, falto de argumentos, me ha soltado que si tengo quejas vaya a la OCU y se ha cagado en la socialdemocracia alemana y en Helmut Kohl. Le he advertido que Helmut Kohl era demócrata cristiano. No se ha tomado bien la precisión. "¿Ah, sí? -me ha gritado- pues para redondear, me cago en Carlos Marx y en la manía de la izquierda de meter la mano en el bolsillo del ciudadano honrado".

Justo en ese momento le ha entrado un WhatsApp, lo ha leído y se ha puesto muy serio: "Olvídate del precio que te dije. Acaba de subir el Euribor, súmale otro dos por ciento".

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