Macarena Olona reta a Vox en Málaga en plena crisis interna
La exdiputada retoma su gira de conferencias por España con un acto en Málaga, en pleno terremoto por el goteo de dimisiones y las críticas ante la falta de democracia interna | Vox intenta contraprogramar el acto con un encuentro de afiliados media hora antes
Madrid
Vox no vive un buen momento. Las encuestas llevan meses seguidos pronosticando una caída. Los territorios están encendidos. Las dimisiones y los ceses son habituales. Y Macarena Olona amenaza con seguir echando leña al fuego. La ex diputada retoma este viernes su gira y se va a Málaga, uno de los primeros territorios que mostró su descontento con las maniobras de la dirección nacional del partido. “Es uno de los lugares en los que el partido ha causado más terror”, según uno de sus ex militantes. Tiene un acto para hablar, como en otras ocasiones, de los recursos de inconstitucionalidad que Vox presentó contra los estados de alarma durante la pandemia.
En público, Vox se esfuerza por desdeñar los movimientos de la ex candidata a la Junta de Andalucía tildándolos, incluso, de “frikis” y negando que exista una crisis. La organización está “muy unida, muy fuerte”, según Ortega Smith. Pero los pasos que está dando Macarena Olona sí inquietan en el partido. Así lo reconocen varios de los cargos que han representado a Vox en las instituciones. “Interés hay. Está claro que a todos los que hemos salido de Vox nos gustaría que hubiera un partido que defienda las mismas ideas, pero con otro trato a su militancia”, reconoce un concejal que ha representado al partido de extrema derecha.
Media hora antes de la conferencia de Olona, Vox ha convocado otro acto, también en Málaga, para reunir a sus afiliados y simpatizantes. Al encuentro va a acudir la diputada Patricia Rueda, una de las portavoces del partido de extrema derecha en el Congreso de los Diputados. Vox, por lo tanto, contraprograma. “Podría posponer el acto para no contribuir al circo, pero sería una falta de respeto hacia quienes no admitís presiones ni chantajes”, ha reaccionado Olona en Twitter. "Nos vemos el viernes. Y no os preocupáis [sic], yo no paso lista".
Los que han pasado por el partido y ahora apoyan a la exdiputada confían en que Olona monte un nuevo partido político. “Es una figura muy importante, de las más importantes que ha tenido Vox. Está claro que habría un trasvase de votantes y de militantes”, pronostica una persona que ha representado a Vox en las instituciones. Lo cierto es que Macarena Olona aún no ha desvelado su nuevo “proyecto”, ni cuáles son sus intenciones. Más allá de declaraciones ambiguas y de intentos de acaparar el foco mediático, lo único que ha aterrizado es un espacio en Panamá al que ha llamado “Fundación Igualdad Iberoamericana” y al que la exdiputada se refiere como la “sede” de su proyecto.
Olona, desde que dejó el partido, ha viajado a Panamá en tres ocasiones. Primero, para organizar un funeral a su padre, que residía en el país. Después, para “impulsar Andalucía y su arte religioso”. Y a mediados de octubre, para inaugurar la mencionada “sede” y dar una conferencia sobre “la batalla ideológica femenina”, con el objetivo de insistir en el mismo mensaje que utiliza Vox para negar la violencia machista. “Es un privilegio darme a conocer en Iberoamérica con mis discursos contra la ideología de género, en defensa de la igualdad de los hombres y mujeres”, aseguró Olona en una entrevista en una radio argentina. “Estoy ultimando un proyecto que sirva para unir aún más la hispanidad”, añadió.
Sus simpatizantes, algunos ex miembros del partido, creen que este es el primer paso para montar un proyecto político. No dudan de que ese es el objetivo final. Macarena Olona está rodeada por un grupo de seguidores que actúan casi como activistas, dispuestos a convertir en trending topic todas sus intervenciones. Ha alimentado rumores, además, subiendo una foto a las redes sociales con el ex banquero Mario Conde. Y participando, con él, en una de sus conferencias. También aspira a aglutinar a los que, desencantados por la forma que tiene Vox de gestionar los territorios, deciden abandonar el partido. Y cada vez son más.
El goteo de dimisiones
“El que se sale del guion, se va a la calle”, resume un ex miembro del partido. “Cuando hay alguien que despunta, lo pasan a la máquina de triturar carne”. Vox acumula un constante goteo de dimisiones, tanto de cargos electos como orgánicos. También de ceses. Uno de los últimos en marcharse ha sido el responsable del partido en Galicia, Ricardo Morado. Ha decidido darse de baja después de comprobar la “nula” actividad del partido en el territorio. “Las diferentes problemáticas internas y organizativas me impiden llevar a cabo una labor constructiva”, apuntó en una carta, en la que describe, además, cómo el partido se dedica a amedrentar o a hacer el vacío a afiliados. Los que han pasado por Vox describen “dinámicas militares” y un “control férreo” desde Madrid. “Para presentar una moción en un municipio, necesitas su visto bueno”, reconoce un exconcejal del partido.
Esto lleva pasando años, desde que Vox entró en las instituciones, pero, según apuntan estas fuentes, el caso de Macarena Olona ha hecho que termine de saltar por los aires: “Creo que han llegado a un límite”. Creen que los últimos movimientos en el partido responden a un intento de “calmar las aguas”. “Están viendo que hay una sangría y, para unas elecciones, o tienes estructura, o tienes muy difícil competir”.
Desde que Vox decidió darle portazo definitivo a Macarena Olona, la dirección nacional ha hecho varios movimientos en su organigrama. A principios de septiembre, decidió apartar del cargo de secretario general a Javier Ortega Smith, el responsable, precisamente, de la organización en los territorios y el principal blanco de las críticas sobre la falta de democracia interna. En su lugar, el partido colocó a Ignacio Garriga, el portavoz de Vox en Cataluña, muy cercano a Santiago Abascal. Esta misma semana han hecho un movimiento más y han cesado a la mano derecha de Ortega Smith, Tomás Fernández, uno de los conocidos como “hombres de negro”, encargado de ejecutar las órdenes del partido en provincias y municipios.
Los que han decidido marcharse de Vox celebran estos movimientos, pero, a la vez, no tienen “esperanza” en que las dinámicas cambien. Lo que busca en el partido de extrema derecha, según los que conocen las maniobras de la dirección, es “maquillar de cara a las elecciones”. Desde la dirección de Vox, sin embargo, niegan que estos cambios tengan que ver con una crisis o, menos aún, con la salida de Macarena Olona del partido. Es, según su versión, “una coincidencia”. Olona, a finales de septiembre, aseguró que daría “un paso al frente” si Vox dejaba de ser la “alternativa” después de las elecciones municipales y autonómicas. En los próximos días, veremos si se adelanta o no a lo que pase en mayo.
Sara Selva Ortiz
Redactora de la sección de Nacional. Antes trabajó...