Los amantes de Halloween y, especialmente, los más pequeños ultiman los detalles para la noche más terrorífica del año. El 31 de octubre está aquí y serán muchos los que lleven disfraces más monstruosos, pidan caramelos o decoren su casa. Las calabazas cobran protagonismo en este día, como uno de los símbolos más emblemáticos de la celebración, y cada vez son más los que se atreven a dar rienda suelta a sus habilidades más creativas para decorarlas. Aunque decorar calabazas sea una de las tradiciones más establecidas en esta fecha junto a pedir caramelos, la realidad es que pocos conocen la técnica para que queden bien y, sobre todo, nos duren más tiempo. La clave para su conservación reside en nuestra maña para vaciarla por completo y un truco infalible para que la calabaza tarde más en pudrirse. Uno de los pasos imprescindibles para que las calabazas de Halloween nos duren el mayor tiempo posible es vaciar completamente la fruta de otoño. Cuando las decoremos, es importante realizar un corte en la parte de arriba, donde está su tallo, en forma de círculo, para generar un orificio lo suficientemente grande para meter una cuchara y rascar la carne interior hasta vaciarla en su totalidad. La tapa superior con el tallo se puede guardar por si, una vez decorada, nos interesa volver a cerrarla; al igual que podemos utilizar todo el contenido extraído de su interior para cocinar, realizando unas ricas y fáciles recetas de Halloween. Aunque hay que vaciar el interior de forma exhaustiva, es importante dejar unas paredes lo suficientemente gruesas que puedan soportar los cortes de las decoraciones sin quebrar el resto de la calabaza. Si queremos que la calabaza nos dure más allá de Halloween, hay un truco sencillo, pero que requiere un poco de paciencia que puedes seguir para que no se pudra tan rápidamente. Antes que nada, es importante tener en cuenta que la calabaza empezará a pudrirse en el momento que realicemos los cortes, por lo que, aunque queramos prepararnos con antelación para esta noche, no debemos decorarlas demasiado pronto o podrían estar en peor estado para la gran celebración. Una vez finalicemos nuestro diseño y hayamos procedido a realizar los cortes, un truco que puede ayudar a mantener tu calabaza «viva» un poco más es sumergirla en agua con lejía durante un par de horas para matar todas las bacterias que puedan quedar en la piel de su interior. Pasado este tiempo, hay que dejar que se seque a la perfección y sellarla la parte de dentro con vaselina. De esta forma, evitamos que los restos que puedan quedar de calabaza entren en contacto con el aire y favorezcan su deterioro.