El PP, otra vez en el lado equivocado de la historia

Madrid

Esta mañana estamos en Jaén, en los baños árabes de esta ciudad, desde donde hoy vamos a estar haciendo este Hoy por Hoy. Empieza la fiesta del primer aceite, y vamos a aprovechar para fijarnos en un producto cuyas cualidades están suficientemente demostradas, que la inflación está convirtiendo también en un artículo de lujo y que tiene su futuro más próximo comprometido por culpa del cambio climático que en esta, y en muchas otras zonas del país, se traduce en una sequía que pronostica una campaña muy complicada, quizás la peor desde 1994. De todo ello vamos a hablar desde aquí, desde donde también tenemos el escenario perfecto para abordar una de las cuestiones del día, la exhumación de Queipo de Llano y las reacciones políticas un día después.

Y les decía lo del escenario porque la fotografía de la salida de los restos de Queipo de la Macarena es una victoria para las miles de familias que sufrieron la represión franquista y cuya dignidad, gracias a la ley de memoria democrática, se les va devolviendo poco a poco. Pero queda mucho todavía, tanto como restos de fusilados quedan en nuestras cunetas y, precisamente, aquí en Jaén están ahora mismo trabajando en la llamada fosa 702, donde se calcula que están los restos de más de mil personas.

Sobre las reacciones políticas, no se van a sorprender, la ultraderecha demostrando lo que es, puro fascismo, con Abascal hablando de profanación de tumbas y perturbación del descanso de los muertos, y el PP situándose, otra vez, en el lado equivocado de la historia. Alberto Núñez Feijóo hizo ayer auténticas piruetas cuando le preguntaron por la exhumación de Queipo de Llano. Solo fue capaz de decir que la política debe dejar en paz a los muertos, aunque este muerto fuera responsable, a su vez, de la muerte de 45.000 personas, y que la política debe centrarse en los vivos.

Pues son precisamente los vivos los que reclaman justicia para sus familiares muertos, porque el franquismo los mató. Los hijos, las hijas, nietos y nietas de los asesinados están bien vivos y es para ellos para los que son necesarias leyes como las de la memoria democrática, para poder descansar por fin viendo como se repara la memoria de los que fueron asesinados. Esto también es política, hay que explicárselo a Feijóo. ¿Se imaginan ustedes un partido democrático en cualquier otra democracia Europa casi lamentando la exhumación de uno de los peores genocidas de su historia?