El intento de Putin de acabar con la 'primavera' rusa: "Nos da miedo la cárcel, pero más la muerte"
El próximo martes empieza el juicio con el que Moscú quiere ilegalizar 'Vesná', una organización juvenil que se ha convertido en una de las principales promotoras de la oposición a la guerra y a la movilización militar obligatoria. Sus miembros aseguran que seguirán protestando a pesar de las trabas que les impone el regimen de Putin
El intento de Putin de acabar con la 'primavera' rusa: "Nos da miedo la cárcel, pero más la muerte"
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Madrid
"No somos una organización extremista". Es la primera frase que espeta María Lakhina, portavoz de la organización juvenil "Vesná", a través de un mensaje de voz en Telegram, la red social que utilizan para comunicarse de forma segura. Nos habla desde San Petersburgo, donde el próximo martes la justicia rusa iniciará un proceso judicial para prohibir el movimiento. La Fiscalía pide prohibir las actividades de Vesná en Rusia por considerar el movimiento una "organización terrorista", según consta en los documentos judiciales. Además, ha suspendido también sus actividades al considerar que la organización se dedica a "socavar la seguridad pública y los fundamentos del orden constitucional".
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'Vesná' es un personaje asociado a la juventud y la primavera en la mitología eslava, algo que define muy bien el significado de este grupo de personas que allá por el año 2013 empezaron a levantarse contra el Kremlin. La mayoría de sus miembros son jóvenes que desde el inicio de la guerra han tejido una red que convoca manifestaciones e informa, dentro de lo posible, sobre la realidad que no llega a la población rusa a través de los medios de comunicación convencionales controlados por el Gobierno.
El momento álgido de las protestas fue a finales de septiembre, cuando Vladimir Putin decretó la movilización parcial para 300.000 reservistas, en un intento de contrarrestar el avance de las tropas ucranianas. Entonces, unas mil personas fueron detenidas en esas manifestaciones en varias ciudades rusas, pero la represión no supone un freno para ellos. "Claro que nos da miedo la cárcel, pero nos da más miedo morir en la guerra", asegura Maria, que recuerda que las penas por oponerse al Gobierno de forma pública son de hasta 10 años de prisión. La portavoz de Vesná reconoce que a partir del martes su labor se volverá aún más complicada. "Este juicio es otra forma de intentar pararnos, de intentar parar las protestas en Rusia, pero no lo van a conseguir. No nos vamos a rendir solo porque nuestro trabajo se haya vuelto más complicado", dice.
Seguir adelante con su trabajo supondrá, como ella misma reconoce, ser más ingeniosos para esquivar los controles. No es la primera vez que se enfrentan a estas dificultades. Su página web está inhabilitada, así que tienen que escoger otras fórmulas. Lakhina menciona panfletos o graffitis en las paredes, e insiste en que la calle seguirá siendo su escenario de protesta. Las imágenes de grupos gritando en las calles es de lo poco que puede llegar al exterior sin censura del Kremlin, como ya ocurrió en septiembre. La única manera de que fuera de Rusia sepan que aún hay esperanza de que llegue la primavera.
Sonia Palomino
Redactora en los servicios informativos. En la Cadena Ser desde el año 2011. Actualmente cubriendo la...