El Atlético se desespera y acrecienta su crisis

La debacle europea gobernaba la atmósfera en el Metropolitano. La herida sigue abierta. En la afición y en el propio equipo. El partido llegaba con aires de plebiscito. Hasta para el Cholo Simeone. Pero el Metropolitano no suelta a su entrenador ni aún cuando el precipicio asoma. En los anuncios de las alineaciones por megafonía, el argentino fue el más aclamado mientras que a la salida de sus pupilos se escuchaba algún silbido. El hincha lo tiene claro. También la Grada de Animación, que cumplió su promesa y dejó huérfano el fondo sur durante la primera parte. Sin su aliento, con los decepcionantes precedentes con los que saltaron al verde los rojiblancos, el ambiente se apagó. Sin esa comunión entre la grada y el equipo, el Atlético se quedaba en las ganas. Y durante la primera media hora no hubo más. Puedes ver el resumen del partido en Astv.

El Metropolitano enfría al Atleti

Arrancó el Atleti con intensidad, pero se fue enfriando, perdiendo metros y amenaza. Hasta que a los 27 minutos, Cabrera cortó la carrera de Morata cuando se preparaba para encarar a Lecomte. Pulido Santana le enseñó la roja al central, abriendo un nuevo partido completamente diferente. El Atlético, con superioridad, fue volcando el campo, generando en izquierda con Carrasco y Reinildo para meter balones por dentro. Se le escaparon tres remates a Marcos Llorente desde el punto de penalti fruto de esa hiperactividad del sector zurdo rojiblanco.

Tras un primer tiempo raruno en las gradas, con la llegada descanso y la entrada de parte de la Grada de Animación, la gente se encendió para propiciar una sonora pitada a los que habían castigado al equipo con su ausencia. A la vuelta de vestuarios se fue De Paul y entró Correa para cumplir su partido 250 en liga. A cambio, Griezmann, el impepinable líder futbolístico de este equipo, pasó a actuar de interior. Le estaba costando al Atleti conectar por dentro y Simeone bajó al francés para que el juego se desatascase por dentro.

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Un atasco desesperante

El Atlético de Madrid siguió entonándose, pero volvió a pecar durante muchos minutos de falta de contundencia. El que ha sido uno de los grandes males en Champions lejos de subsanarse, se acucia partido a partido. No ser resolutivo ni fuerte en su área le llevó a encajar primero. El Espanyol salía poco, pero en una de sus internadas, Aleix Vidal centró hacia Joselu. El 9, infranqueable en el juego aéreo, cabeceó al segundo palo hacia Darder, que esperaba sólo para embocarla frente a Oblak a los 62 minutos de juego.

El golpe no frustró al Atleti. Los de Simeone insistieron. Con Correa, Giménez de cabeza, Griezmann, Morata. Pero si no era una mala toma definición, era Lecomte o la propia defensa del Espanyol la que sacaba todo. Con 25 minutos por delante, entraron Joao Félix y Witsel por Carrasco y Kondogbia. Poco después lo harían Cunha y Lemar por Morata y Griezmann.

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Se le estaba haciendo bola al Atleti hasta que Lemar encontró a Joao Félix en carrera, y el portugués, tras resarcirse en Cádiz y desaparecer en Oporto, controló con el pecho, orientándose y habilitándose para soltar un zapatazo por el primer palo a falta de doce minutos. 1-1. El ‘menino’ hoy también quiso. Como hace una semana, tomó el control del partido. Lecomte le detuvo un cabezazo y un mano a mano tras un soberbio recorte, pero el Atleti, a pesar de firmar su partido con más remates de LaLiga (26), no fue capaz de romper la resistencia del Espanyol. La desesperación tomó los cuerpos de los 11 rojiblancos. No hubo manera.

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Los blanquiazules se encomendaron durante una hora a un ejercicio de resistencia con uno menos que, aunque no les sirve para alejarse del descenso (es 16º y lo tiene a un punto), tiene un valor mayúsculo. El Atlético encadena cuatro partidos sin ganar, dos en liga y se queda a 10 puntos del Barça, líder momentáneo de la competición. Es tercero, con un punto más y un partido más que el Betis, cuarto.

Así te contamos el partido