El trumpismo enciende la mecha de la polarización

Madrid

Donald Trump estaba convencido de que las elecciones del martes en Estados Unidos, las llamadas elecciones de medio mandato, iban a ser el preludio de su retorno triunfal, primero a la candidatura a la Casa Blanca y después a la propia Casa Blanca. De hecho, dijo que el martes que viene iba a hacer un gran anuncio, anuncio que ahora ya no puede estar rodeado de la euforia que él preveía. El resultado de las elecciones, todavía por cerrar definitivamente, no es bueno para Trump. Ni los demócratas se hundieron ni el trumpismo llegó en volandas a ninguna de las dos cámaras de Estados Unidos.

Veremos cómo queda la fotografía definitiva, pero Joe Biden, el presidente demócrata ha resistido, y lo ha hecho en un contexto nada favorable, con la economía muy tocada. No quiere decir esto que lo vaya a tener fácil en los dos años que le quedan de mandato, si finalmente los republicanos se hacen con el control de la Cámara de Representantes es más que probable que le hagan la vida imposible. Pero tendrá que hacer frente a eso en un contexto que no es tan desfavorable como hubiera sido si los candidatos de Trump hubieran arrasado, si el propio Trump hubiera salido reforzado.

Aunque de estos comicios sale un país profundamente dividido, porque aunque los estadounidenses no hayan avalado ni las políticas ni la forma de hacer política de Trump, la mitad de ellos si ha avalado un Partido Republicano en el que, como nos decía ayer una analista en este mismo programa, se ha infiltrado el trumpismo. El Partido Republicano ya no es solo la representación de un legítimo ideario conservador, si no que es también la representación de un populismo que cuestiona algunos de los pilares de la democracia, sobre todo la legitimidad de quien gana unas elecciones, encendiendo la mecha de la polarización.

Hay que ir con mucho cuidado con este populismo de derechas, en Estados Unidos y en cualquier rincón del planeta. Las palabras y las afirmaciones lanzadas por algunos de sus representantes son extremadamente peligrosas, y cuando penetran en las instituciones es todavía peor. Socavan la democracia y es muy difícil hacerles frente. El resultado de las elecciones en Estados Unidos, con los demócratas frenando lo que se suponía que iba a ser una ola trumpista, es una buena noticia para los estadounidenses, pero es una buena noticia para todo el mundo. Igual que se extendió el trumpismo puede extenderse también el sentido común que frena a sus representantes.