El retrato de la familia real que muestra la decadencia de la monarquía
El periodista y escritor Peio Riaño detalla en 'Borbones y membrillos' el cambio social en torno a la monarquía española a través del análisis del cuadro "real" de Antonio López
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Imagen del cuadro de Antonio López sobre la familia real / cedida
![Imagen del cuadro de Antonio López sobre la familia real](https://cadenaser.com/resizer/v2/GAJV3X2XS5GGBCU46P6YJ4ISTE.jpg?auth=4d37ebb2455bdac330421a3efc427bd6d0c9e0c832719eba38b314917e4ac291)
Hay un cuadro que evidencia la caída en desgracia de la monarquía. No es de Goya, ni de Velázquez. Es más actual. Se trata del retrato que el pintor Antonio López empezó a realizar en 1992, año de esplendor de la democracia española, sobre la familia real. Por aquel entonces, Juan Carlos de Borbón era rey. Nada se sabía de sus escándalos económicos y sexuales. Tampoco se había casado la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin, ni siquiera los españoles imaginaban que habría un rey emérito y otro en el trono en un futuro cercano.
La Casa Real le encargó en los 90 al artista más popular un retrato de familia. Antonio López se tomó 20 años para pintarlo, pero cuando levantó la vista del lienzo, se encontró con una España irreconocible en la que ya nadie quería ver ese cuadro. La relación de la política, la propaganda y la imagen con la pintura, en concreto con ese cuadro de uno de los pintores españoles más importantes de las últimas décadas, la traza el periodista y escritor Peio Riaño en Borbones y membrillos, uno de los nuevos capítulos de los Episodios Nacionales de nuestro tiempo que está editando Lengua de Trapo. "Es un año importante porque la monarquía se había puesto en valor. España entraba en la modernidad, la monarquía también. Luego se vio que fue la falsedad de aquello, la cara que había en aquello. Pero en aquel momento sí se entendía así", cuenta Riaño en una entrevista en la Cadena SER.
Familia Real, no tocar
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A través de ese retrato real, podemos construir un relato de lo que pasó desde el 93 hasta el 2014, que son las fechas del encargo y la entrega. En el 93, según el CIS, los Borbones estaban en un 7,8, de popularidad. Y cuando entrega el cuadro, los Borbones están en un 3,8. "Es esa gráfica que muestra la caída imparable de la monarquía, de la familia real de Juan Carlos I. Es perfecta para entender esa desilusión de la corona".
![El Antonio López más real](https://cadenaser.com/resizer/v2/UJEOJYHH7RLARD7IQYNR3UKQE4.jpg?auth=undefined&quality=70&width=360&height=202&smart=true)
"El cuadro es muy importante por lo que muestra, pero también por lo que no enseña", señala el autor. Por ejemplo, descubre que Antonio López nunca había hecho figuración, simplemente paisaje. "¿Por qué Antonio López decide retratar una familia cuando nunca había hecho figura humana?", se pregunta el periodista. "Viene la Casa Real. Le ofrece un encargo histórico, porque pasaría a formar parte de la tradición excelsa de Velázquez, Goya, como último retratista de la familia real. Antonio acepta a pesar de todo", incide. La cuestión está en que Antonio López tiene que aceptar cosas que hasta ese momento no había aceptado, como pintar a través de fotografías. "eso es algo de lo que él reniega, porque crea un efecto engañoso sobre la realidad. Él termina pintando una foto, pero no pintando a unos personajes. Se dan unas circunstancias muy poco favorables para el pintor, pero acepta porque el premio son 300.000 euros, justo cuando se acaba de comprar la casa en la que se rueda El sol del membrillo, la película de Erice".
Hasta el momento ese es el último retrato de la familia real. Felipe VI no ha encargado, desde que llegó al trono en 2004, ni un solo retrato pintado. "Es un rey asustado y no quiere retratarse de momento", explica Peio Riaño sobre la ausencia de retratos oficiales en la época de las redes sociales y los selfies.
Antonio López tardó décadas en acabar el cuadro. Cuando estuvo finalizado, España había cambiado de época, de gobierno, de formas de vida, de mentalidad y hasta de opinión sobre la monarquía. "Fue el retrato de una ilusión, que descubrimos de verdad en 2014 cuando se presentó en una gran exposición. Ahí descubrimos a un Juan Carlos de mentira y a otro de verdad. El personaje y la persona que se cruzan y que generan una decepción histórica. El retrato de esa familia es el retrato de un fracaso. Fue la demostración de que la familia de Juan Carlos primero había fracasado en su intento de de ser una familia real", explica el periodista que en su libro detalla los sucesivos escándalos que han erosionado a los Borbones.
![Así pinta Antonio López](https://cadenaser.com/resizer/v2/M643O7HXWRHVPFJCSKUHMTIGQM.jpg?auth=undefined&quality=70&width=360&height=202&smart=true)
Antonio López fue el arma que usó la Casa Real para mostrar la imagen de una familia ideal. "¿Cómo puedes hacer que una mentira pase por verdad? Haciendo que el pintor realista más popular de todos haga posible ese anuncio. Pero no lo consigue. No lo consigue porque, además de que el cuadro es un cuadro fallido pictóricamente, el Juan Carlos de verdad desborda la mentira que está pintando Antonio López". Es la primera vez que ocurre en la historia, se dice en el ensayo, ya que en el barroco, Velázquez tenía el monopolio de la imagen del rey, sin embargo, ahora el monopolio de la imagen se ha quebrado. "Ahora cualquiera puede ver una foto del rey, como esa imagen de Juan Carlos con gorra de rapero y el hijo de Corina con un elefante a sus espaldas y unas escopetas. Todas esas imágenes son imbatibles, porque son la verdad. Un cuadro, frente a eso, no puede hacer más que decorar una pared", sentencia. "De ahí que el mensaje de homenaje, de celebración, se convierta en caricatura".
El cuadro está ahora mismo en la Sala de Alabarderos de Palacio, la sala que recibe al visitante del Palacio Real. "Yo voy a menudo y lo que me encuentro es a la gente señalando y riéndose. En realidad se mofa del cuadro". Además, este investigador señala que se construyó una suerte de visillo para correrlo cuando vienen las visitas oficiales, además de que el cuadro se mantuvo oculto durante algunos meses de la pandemia. "Es un cuadro del que la propia institución que lo encargó se avergüenza".
El cuadro es fallido por lo que representa, la imagen de una familia que ya no existe, cuando iba a ser para toda la vida, hereditaria, como está inscrito en el ADN de la monarquía. También es fallido, explica Borbones y membrillos por su incapacidad para decirnos nada. "El pintor no tiene una mirada crítica. Reconoce en todo momento que no quiso tenerla. De tal manera, que el cuadro genera algo sin vida. Son una familia regia, rígida y casi de cera y efectivamente, similar a las vistas que él está habituado a construir. En realidad, la familia de Juan Carlos I es una calle más de todas las que él pinta, una calle vacía. Una calle vacía, una calle sin vida, una calle sobre todo sin historia y sin política. Esto es lo que Juan Carlos le pide también a Antonio directamente".
![Antonio López creará su primera obra religiosa para la catedral de Vitoria](https://cadenaser.com/resizer/v2/LZ6ULC57HRCE5KLOKWVFR7GQAY.jpg?auth=undefined&quality=70&width=360&height=202&smart=true)
Antonio López está acostumbrado a vaciar sus cuadros. Esas imágenes de la Gran Vía madrileña sin gente en las calles, solo los edificios y el paisaje urbano. "Está acostumbrado a vaciar de historia todas sus vistas para despolitizar sus cuadros, al tiempo que los convertía en un elemento altamente político por el posicionamiento de ceguera que estaba proponiendo y por el cual era aplaudido por todos. El problema es que tampoco ha habido una revisión crítica del trabajo de Antonio en estos 30 años. Y en realidad este cuadro lo que ha descubierto es que Antonio ha estado silenciando acontecimientos políticos muy dramáticos".
El libro está construido como un gran epigrama que tiene ritmo teatral. "Necesitaba cambiar de registro y eliminar toda la grasa retórica de los ensayos", señala Riaño cuyos últimos libros son ensayos que hablan de la perspectiva de género en el arte y la perspectiva colonial, como Las invisibles (2020) y Decapitados (2022). "Visualmente esto ayuda a una construcción más clara. Lo difícil era hilar todas las ideas presentes, pasadas, los acontecimientos y contexto". Para Borbones y membrillos no ha podido usar en la portada la imagen del cuadro al que el libro hace referencia, el autor no le ha dado permiso. "Lo curioso de todo esto es que Patrimonio Nacional nos vendió la imagen sin ningún problema. La editorial pago 400 euros por esa imagen, pero fue el artista el que censuró el uso de la imagen en la portada. Entonces hemos tenido que hacer esta versión, que me parece un acierto absoluto", cuenta Riaño sobre la actual portada, un fondo amarillo con cinco siluetas en rojo, los cinco miembros de esa familia real que hoy ya no está tan unida.
![](https://sdmedia.playser.cadenaser.com/playser/202111/5/1636132994834_1636133021_video_1636133050.jpg)
![Pepa Blanes](https://s3.amazonaws.com/arc-authors/prisaradio/0b8ace6d-916d-4c1d-bba5-8ea731f7dad2.png)
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...