"¡Estoy vivo!": Sabina recuerda su caída en el WiZink Center

Madrid

"No hay nada mejor que trabajar con amigos, es una cosa cojonuda". Así resume Joaquín Sabina el resultado del documental Sintiéndolo mucho, que llega a los cines este jueves 17 de noviembre dirigido por Fernando León de Aranoa y con música de Leiva. El músico jienense destacaba en El Hormiguero, en una de las pocas entrevistas que está dando para el estreno del documental, que durante más de 13 años dio "libertad absoluta" al cineasta para grabarle durante sus giras y en su vida más privada: "Le dije que me sacase cagando. Hay un desnudo muy obsceno, porque desnudo el alma". Sabina, que presenta este martes en Madrid en rueda de prensa el documental, explica que "nunca hubo un plan" para filmar durante estos años. Una de las escenas del mismo es su caída el 14 de febrero de 2020 desde lo alto del escenario del Wizink Center de Madrid mientras daba un concierto. Anoche, en televisión, recordó su caída: "Cuando estaba en el suelo quería subir al escenario, pero la enfermera me dijo que me había roto la clavícula. Dos días después me desperté en el hospital y me habían operado dos veces. No me enteré de nada. Lo primero que dije es 'estoy vivo'". Sabina recuerda que a los dos días de la caída estuvo "una hora hablando con Krahe... así estaba yo, me pasaron cosas raras por la cabeza". El cantautor Javier Khrae, gran amigo de Sabina y compañero de noches eternas en La Mandrágora, murió en julio de 2015.

Las confesiones de Sabina

En El Hormiguero también confesó Sabina que "sopla más que come", y lo hizo mientras daba tragos cortos durante toda la entrevista a una taza en la que lo más seguro es que no hubiera agua. Y aludió a su pasado de excesos asegurando que por las drogas ahora siente "nostalgia", mientras, ante las preguntas de Pablo Motos un incómodo Leiva recordaba que las drogas no son esenciales para componer buenas canciones: "Llega un momento en el que ya no te hacen la gracia que te hacían".

Sabina celebra que en el documental de Aranoa no hay "santificación" ni diez personas hablando de él, pero lo cierto es que la cinta ensalza la figura del cantante, su sentido del humor y su defensa de la vida canalla, mientras no hay ninguna referencia a sus problemas con Hacienda, a quien tuvo que pagar dos millones y medio de euros por el IRPF de los ejercicios 2008, 2009 y 2010 en concepto de derechos de autor, cedidos a empresas familiares, por lo que tributó menos de lo que le correspondía.

Los miedos de Sabina

El de Úbeda, luciendo voz ronca que deja dudas sobre cómo afrontará su gira en 2023 (que comenzará en febrero en Latinoamérica y llegará a España el 20 de abril del año que viene) desveló su truco para cuando se le seca la boca en el escenario: unos granitos de sal que le hacen salivar. Y también se sinceró junto a Leiva sobre el miedo en el escenario a raíz de una de las escenas del documental en la que se fue mientras grababan una canción al quedarse ronco: "Me voy porque hay demasiadas personas que con las que tengo que quedar bien aquí". Su miedo al plantarse frente a su público sigue presente: "No puedo dejar de pensar que la gente se gasta un dinerito en mi y pienso que los voy a defraudar". La responsabilidad es grande.

El gran amor de Sabina

Sabina defiende que las "buenas canciones de amor son las de desamor"; y de amor habló también en la entrevista, de su amor por Jimena, su compañera, con la que se casó en plena pandemia tras 30 años juntos: "Jimena me salvó la vida". Se pone serio para admitir que su vida ahora es "menos desmadrada" y vuelve a las confesiones: "Soy un pequeño burgués civilizado con una vida doméstica que no inspira versos".

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El cantautor actuará el 23 y el 25 de mayo en el WiZink Center, en el mismo escenario en el que el 12 de febrero de 2020 se cayó y se dio un golpe en la cabeza del que tuvo que ser operado. Allí repetirá el 18 y el 20 de diciembre porque las entradas de mayo están agotadas: "Como homenaje pienso caerme otra vez", bromea.