Hoy por HoyLa opinión de Pepa Bueno
Opinión

No podemos hablar de indiferencia, ni siquiera de tolerancia

La extrema derecha se ha saltado todas las líneas rojas con intolerables insultos machistas a la ministra de Igualdad

Hoy no podemos hablar de indiferencia, ni siquiera de tolerancia

Madrid

Eduardo Haro-Tecglen decía que no le gustaba la palabra tolerancia porque sólo tolera el que se cree superior o en posesión de la verdad y tiene a bien permitir que otros vean la vida de otra manera. Decía que él prefería la palabra indiferencia. Me es indiferente que pienses con quién te acuestes o qué vida lleves siempre que tu libertad no torpe de la mía. Ha pasado mucho tiempo desde aquella reflexión y nos hemos pasado varios pueblos desde entonces yendo para atrás. Hoy no podemos hablar de indiferencia, ni siquiera de tolerancia directamente.

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El adversario político es un enemigo al que llamar traidor. El periodista que ejerce su derecho a la crítica política es siempre un defensor de intereses ocultos y el ciudadano un sujeto manipulado que vota a quien no debe.

En este caldo de cultivo general se desarrolla nuestra vida pública, y tiene más responsabilidad quien ejerce el liderazgo social, y no digamos quién se sube a la tribuna del Congreso. Esta semana en el Congreso de los Diputados, la extrema derecha se ha saltado todas las líneas rojas con intolerables insultos machistas a la ministra de Igualdad, Irene Montero. Resulta sorprendente que todos los demás partidos contribuyan a su propio suicidio político no poniendo pie en pared para evitar que los ultras lo contaminen todo.

Hoy no podemos hablar de indiferencia, ni siquiera de tolerancia