Vanidad 'post mortem'

Madrid

La historia es algo más que los 20 minutos posteriores a tu muerte. De hecho, la historia del presente la desconoce cualquiera porque nadie estará para saber qué es lo que quedó de su paso. Por supuesto que sacar al dictador de su lugar de honor en el que estaba es un mérito del que presumir y que probablemente pase a la posteridad. Pero todos saben que de tus méritos tienen que presumir otros, queda un poco feo que lo hagas tú. Dicho de otra manera, Sánchez puede pasar a la historia como el presidente que sacó a Franco del Valle, pero al decirlo corre el riesgo de pasar a la historia como el hombre que decidió las cosas por las que iba a pasar a la historia. El lenguaje gestual del momento es esa frase, ese momento embarazoso que todos tenemos cuando decimos algo bueno de nosotros. Tampoco la medida del bochorno, porque además dice una de las cosas por las que pasará la historia. Yo creo que ahí fue modesto porque supongo que incluía las posibles cosas malas, que francamente tampoco creo que den ni las malas ni las buenas para pasar muy adentro de la historia. Es que la historia es muy complicada, tiene una mayúscula muy pesada. Hace años, Màrius Serra contó en La Vanguardia que de todas las maneras posibles que el hombre imagina para pasar a la historia, la más radical es diluir su propio nombre entre los nombres comunes que componen la lengua de sus descendientes. Ya sabes. Maquiavélico. Kafkiano. ¿Se quedará entre nosotros Pedro Sánchez? ¿Qué significará? Dudas insoportables que no nos vamos a quedar para saber hasta acabar.