Los más partidarios de saltarse las constituciones son los que intentan arreglarlo todo endureciendo el Código Penal

Madrid

Los que recordamos la ilusión constitucional, ponerse de acuerdo, hacer una Constitución, identificamos un tiempo en el que los derechos y los deberes convivían con el futuro. La Constitución es un proceso vivo que se compromete con la libertad, la igualdad, los derechos cívicos, un trabajo digno, una vivienda, la sanidad y la educación. Nuestra realidad es tozuda, muchas de las ilusiones chocan con las ganas de hacer o con el saltarse a la torera los valores constitucionales. Pero una Constitución es un compromiso con el bien común para facilitar las cosas en las dificultades de la vida.

Donald Trump no acepta su derrota electoral, nuestra derecha impide la renovación del Poder Judicial… Observo desde hace años que los más partidarios de saltarse las constituciones son los que quieren defender privilegios injustos o los que intentan arreglarlo todo a base del endurecimiento del código penal. Es frecuente que acaben coincidiendo en el empeño de crispar la vida en vez de facilitar la convivencia. Un código penal resulta tan necesario como una constitución. Por desgracia debemos defendernos de los delitos y las injusticias. Pero el Código Penal mira hacia nuestro lado oscuro y la Constitución mira hacia la luz.

Hoy, 6 de diciembre, los almanaques españoles miran hacia la luz.