Bernardo Bonezzi, el genio aglutinador de la movida madrileña
Hay cinco palabras que se asocian rápidamente a Bernardo Bonezzi: prodigio, música, Groenlandia, Zombies, movida y cine
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Madrid
Viajar la vida del músico Bernardo Bonezzi es poner rumbo a las tripas de la movida madrileña. Tomar cañas en la Bobia del Rastro, bailar en el Rock-Ola o en la sala el Sol, que se inaugura con un concierto de los Zombies, ver ensayos y exposiciones en el Ateneo de la Prospe, ir de colegios mayores. El hervidero creativo arranca en el año 78, por las calles de Madrid paseaban tribus urbanas que asustaban a los más conservadores. Cuenta la mítica corista y musa Tesa Arranz que la apedreaban y que las madres tapaban los ojos a los niños para que no viesen sus minifaldas y los pelos punk de colores.
Era el momento de la conexión de todas las artes. Músicos, pintores, diseñadores, modistos, fotógrafos y periodistas culturales se movían por los mismos espacios. Para Jesús Ordovás era "una especie de conexión mágica, un momento en el que confluyen todos los astros". Y eso pasa entre el primer disco de Zombies y Kaka de Luxe y el estreno de la primera película de Pedro Almodóvar "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón".
Hay cinco palabras que se asocian rápidamente a Bernardo Bonezzi: prodigio, música, Groenlandia, Zombies, movida y cine. Prodigio y música porque nació para la música y a los ocho años ya escuchaba a Bowie y a los 13 compone su primera canción. Groenlandia porque fue esa primera composición que popularizó con su grupo los Zombies y que se convierte en un hit de la movida madrileña. Y nos queda cine, porque en la segunda parte de su vida, que empieza a los 20 años, se dedica de pleno a ser uno de los mejores músicos de bandas sonoras. Y ya estaría, si no fuese porque entorno a su figura se aglutinaron todos los grandes de lo que se dio a llamar la nueva ola.
Juan Sánchez, que fue pareja de Bernardo Bonezzi, cuenta que "fue un genio que vivió por y para la música", "el único que sabía tocar la guitarra" añade la periodista musical Patricia Godes, en un momento en el que todos estaban aprendiendo. "Groenlandia es extraordinaria tanto poética como musicalmente y la creó un adolescente", recuerda Jesús Ordovás. Todo era muy excitante y todo pasaba rápido. Se iban formando grupos constantemente. Aparecían unos y desaparecían otros. Los benjamines por edad eran Alaska (Kaka de Luxe) y Bonezzi (Zombies), que lideraban sus bandas.
Dos estrellas que para mantener su buena amistad preferían tocar y cantar cada uno por su lado. Se iban conociendo sobre la marcha, como cuando Bernardo descubre a Tesa Arranz, bailando con su amiga Edurne, en un concierto de los Troggs, y les dice "¿Queréis pertenecer a mi grupo?, y dicho y hecho. A partir de ahí Tesa se convierte en un mito por su forma de ser, bailar y cantar. También en la musa de pintores como Guillermo Pérez Villalta.
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De calle en calle, de fiesta en fiesta, de garito en garito, era la Movida. Pero también hubo lugares privados claves. Uno de ellos fue el apartamento de Bernardo Bonezzi en la planta 16 del rascacielos Torre de Madrid en la Plaza de España. "Que fuera un edificio prácticamente de oficinas lo facilitaba todo", cuenta Juan Sánchez. Se podían hacer fiestas, tocar y poner música en alto. Nadie se quejaba. Aquel espacio era refugio creativo de un grupo de amigos del que formaban parte, además de Bernardo, Pedro Almodóvar, Fabio McNamara y Carlos Berlanga. Es el germen de proyectos tan divertidos como el disco "¡Cómo está el servicio de señoras!" de Almodóvar y McNamara y con música y producción de Bonezzi.
La historia de los Zombies fue fugaz, dos discos, "Extraños juegos" (1980) y "La muralla china" (1982). El grupo se rompe y nos cuenta la periodista musical Patricia Godes que "Bernardo empieza a prepararse para hacer música más sofisticada". Primero lo intenta con el dúo "Bonezzi y St Louis", un experimento discográfico que no funcionó, pero que tuvo su colofón en el último programa de la "Edad de oro" de Paloma Chamorro que estuvo dedicado a este álbum y a la figura de Bernardo Bonezzi.
Fue la mítica noche en la que se subieron al escenario con Bernardo sus tres grandes amigos: Almodóvar, Berlanga y McNamara. Juntos le hicieron los coros de "Groenlandia" en un concierto televisado y que todavía es de los más vistos en redes. Esa noche se puede considerar como la del final del Bernardo Bonezzi cantante y estrella del rock y la del nacimiento del músico de cine.
Juan Sánchez cuenta que todo "era como una maniobra perfecta de un guionista". El final perfecto para iniciar una segunda temporada dedicada al cine, primero con Almodóvar (hizo todas sus bandas sonoras hasta "Mujeres al borde de un ataque de nervios") y luego con Manuel Gómez Pereira, Luis García Berlanga, Enrique Urbizu o Agustín Díaz Yanes, entre otros. Con la película "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto" consigue su primer Goya Bernardo Bonezzi.
También hizo música para televisión, una de ellas inolvidable como la de la serie "Farmacia de Guardia". Su relación con las bandas sonoras fue larga, pero, cuando deja de tener encargos, vuelve a surgir el espíritu de la estrella del rock. Quiere volver a subir a los escenarios y lo hace con dos discos, uno instrumental, y el último "La esencia de la ciencia". No funcionó.
El último sueño de Bernardo Bonezzi fue hacer una película. Como siempre se preparó para ello. Era un genio, pero también un gran trabajador. "Tenía el guion muy avanzado", cuenta Juan Sánchez, "pero se acabó, el guionista de su vida puso fin a esta serie. Ya no habría más temporadas". Todos apuntan a que a Bernardo le llegó el éxito demasiado pronto y que cuando más preparado estaba para hacer su gran obra, se fue. Pero como dijo nuestro protagonista a los 20 años en un programa de televisión, su máxima ambición era "ser feliz y poder trabajar musicalmente con los mejores". Damos fe de que lo consiguió. Él ya formaba parte de los mejores.
Pepe Rubio
Redactor guionista de Hoy por Hoy. Llevo a antena las secciones "Desmontando mitos" , "Viaje de ida"...