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Mujeres sí, pero que no molesten: por qué escuece que la mejor película de la historia la dirija Chantal Akerman

Lo que evidencia el follón montado con la lista de la revista 'Sight & Sound' es básicamente que las mujeres puedan superar a los hombres

Fotograma de 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles / cedida

Una semana llevan los señoros bramando en Twitter. La revista Sight & Sound, que se edita desde los años 50 y que depende del British Film Institute, tiene la costumbre de publicar cada diez años la lista de las cien mejores películas de la historia. Ahí es nada. Para cada una de ellas, invita a directores y a críticos que van cambiando cada década, unos porque mueren, otros porque no llegan a tiempo, otros porque han caído en el olvido o en el paro, para que voten y así configurar esa lista. Este año tocaba de nuevo publicación. Había expectación. El cine, como la sociedad, ha experimentado cambios, gracias a movimientos como el Black Lives Matter o el Me Too, por citar algunos. Pues bien, por primera vez en la historia, el número uno de la votación lo ha encabezado una película dirigida por una mujer, Jeanne Dielman, 23 quai du commerce, 1980 Bruxelles, dirigida por la cineasta belga Chantal Akerman en 1975. Lo que pasó a continuación (no) les sorprenderá…

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Una legión de haters empezaron a cuestionar esa elección. Se quejaron en Twitter, red social no apta para estómagos sensibles. No entendían cómo el número uno lo ganaba una película hecha por una directora poco conocida en círculos comerciales y no los grandes hombres como Orson Welles y su Ciudadano Kane, película que ha ocupado el número uno en 1972, 1982, 1992 y 2002 o como Vértigo de Hitchcock, que logró la primera posición en la última lista publicada, la de 2012. La revista ha sido acusada de querer cambiar el canon, de cambiar la historia del cine o de realizar un lavado de cara. Por supuesto, también han criticado las listas como un sinsentido mediático y banal. Cuando no les gusta el resultado, todo mal.

¿Es la de Chantal Akerman la mejor película de la historia del cine? Evidentemente no. Tampoco lo es Ciudadano Kane, ni Vértigo ¿Son absurdas y negativas las listas como han señalado algunos ofendidos? Tampoco. En esto me fío más de Umberto Eco que de cualquier iluminado con Twitter. Decía el semiólogo italiano que las listas son la base de la cultura porque la cultura busca hacer entendible lo inmenso del universo y para ello ordena las cosas. Lo entendió Homero en La Ilíada, donde enumera las armas, los soldados, los dioses. Lo entendió el propio Eco, que dedicó un libro entero a hacer enumeraciones y rankings. El vértigo de las listas se llama y está editado por Lumen.

En el caso de la lista de Sight & Sound, claro que es un ejercicio de renovación. De adaptarse a un mundo que ha cambiado, que tiene nuevos intereses, referentes y dinámicas. Los que votaron en el año 1972 ya no están. Son otros y otras los que votan ahora. Diferentes a los que votaron en 2012. En todas esas elecciones, las películas eran las que habían emocionado, gustado o apasionado a un grupo de directores y periodistas llamados por los editores de la revista para votar.

Una muestra elegida no al azar, sino concienzudamente. Está comprobado que cuando los comités que seleccionan películas en festivales son diversos, las películas que acaban en esos certámenes también lo son. En Sight & Sound lo significativo es quién ha votado esas películas. Han entrado nuevas directoras, nuevas periodistas que han votado otras películas. No necesariamente con una mujer al frente. De hecho, , la argentina Fernanda Solórzano, votante de la lista, reconocía en El País a la periodista Elsa Fernández Santos que ella no había incluido a ninguna mujer en su top ten.

Durante años, el canon literario fue heterosexual, blanco y masculino, dejando a muchas autoras fuera del Olimpo. Hasta entonces las listas de los mejores libros y películas sí valían

Es significativa también la subida de directores afroamericanos en la lista. Entra Moonlight, de Barry Jenkins, y asciende puestos Haz lo que debas, de Spike Lee. Eso tiene una lectura, en esta votación ha habido más votantes afroamericanos. Sin embargo, la diversidad de género conseguida, deja otros agujeros. Estamos ante una lista tremendamente anglosajona. Ni un solo director o directora latino ha votado. Ni Guillermo del Toro, ni Pedro Almodóvar, ni Isabel Coixet. Solo una película española aparece y lo hace en los últimos puestos, El espíritu de la colmena de Víctor Erice. Ni rastro de Buñuel. Ni rastro del cine lationamericano, que tanto ha marcado los festivales en la última década.

Carla Simón, ganadora del Oso de Oro por Alcarràs, resumía la polémica en una frase: "No entiendo por qué les molesta. Lo raro es que haya tardado tanto en estar", decía a la Cadena SER en los Premios del Cine Europeo. Contaba que no le había dado tiempo a votar, pero que la de Chantal Akerman era una película muy importante en la historia del cine. No es una moda de ahora, ya en su momento The New York Times la calificó como la primera obra maestra de lo femenino en la historia del cine.

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Lo que ocurre es que el cine de Chantal Akerman apela y mucho a las espectadores. Porque en ese terror del plano largo y del travelling que tan bien maneja la directora para mostrar la intimidad del hogar y la violencia contra la mujer hay mucho en lo que reconocerse. Tiene mucho que ver el reconocimiento de Akerman con el Nobel a Ernaux. Desde posiciones distintas, con estilos diferentes, las dos se han fijado en detalles de la mística femenino que pocos directores habrían reparado, por considerar que eran labores que no interesaban, menesteres poco cinematográficos. Sin embargo, la manera de abordarlos, la mirada de ambas ha hecho que conecten con varias generaciones.

¿Serían capaces de nombrar a dos mujeres del 'boom' latinoamericano?

Durante años, el canon literario fue heterosexual, blanco y masculino, dejando a muchas autoras fuera del Olimpo. Hasta entonces las listas de los mejores libros y películas sí valían. Sí eran importantes, tanto que servían para configurar los libros de texto con los que estudiábamos literatura. No leímos a Carmen Martín Gaite, pero sí a Ferlosio. No descubrimos a Eva Gonzàles, pero sí a Manet. No era importante Camille Claudel, sino Rodin. Les hago una pregunta, ¿serían capaces de nombrar a dos mujeres del boom latinoamericano?

Lo que evidencia el follón montado con esta lista es básicamente que las mujeres puedan superar a los hombres. Les han barrido del podium, a su cine y sus referentes. Que ojo, también son los nuestros ¿Quién duda de que Ciudadano Kane es una película importantísima para las cineastas? Nadie. Pero la realidad es que ya no están en el podium, ya no es uno de ellos el que encabeza la lista, sino una mujer, que ya estuvo en la última votación, pero no en los primeros puestos. En aquel momento nadie se planteó nada, no molestaba. Es lo que tiene una parte del feminismo que les gusta a los hombres, las mujeres pueden estar, mientras no molesten. Akerman ha molestado. En realidad, ella no, sino su película sobre una mujer que limpia, cocina y cuida de su hijo se haya alzado como la mejor película de la historia. Encima en la misma semana en que Annie Ernaux recogía el Nobel.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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