Temple

Madrid

Hace dos días, al recoger el Ondas, Francino reivindicó el compromiso de nuestro programa de atemperar en lo posible un ambiente cargado de crispación y polarización. Y como atemperar es templar, como queriendo decir, este programa ha buscado refugio hoy en este magnífico castillo de la Orden del Temple. Es cierto que este Temple con mayúsculas hace referencia al Templo de Salomón pero en francés, por el origen de quienes fundaron esta orden; mientras el temple con minúscula, el que hoy buscamos, nos remite a la disposición apacible de un individuo o a su esfuerzo por moderar, entibiar o suavizar la fuerza de algo, que eso es templar o atemperar, entre otras cosas...

Así que está muy bien tu compromiso por templar, Francino, pero ten cuidado si lo manifiestas al otro lado del Atlántico. Porque allí, según el país, puedes estar declarando tu enamoramiento, manifestando tu excitación sexual o llamando directamente al fornicio. Que no digo que esté mal, pero que lo tengas en cuenta. Por cierto, este impresionante castillo, hoy estudio de La ventana, está en Ponferrada, una ciudad que tomó su nombre de un antiguo puente de madera y hierro, ferrum en latín. Un puente que salvó el Sil, comunicó León con Galicia y convirtió a esta ciudad en la Edad Media en un importante centro económico que tenía las rentas más altas del reino gracias a sus aduanas. Así que se llamó Ponferrada, pero pudo llamarse "Ponforrada".