¿Cuál es la probabilidad de que me toque la Lotería de Navidad? "Es más fácil que te caiga un rayo"
Los matemáticos insisten en las bajas posibilidades que indican los números de ser uno de los agraciados
Madrid
Da igual lo que diga la ciencia. Los seres humanos somos animales de costumbres y las ventas indican que no renunciamos a un buen décimo de Lotería de Navidad por mucho que los números indiquen que la posibilidad de que nos toque el Gordo es inferior a la de que nos alcance un rayo.
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Al matemático Eduardo Sáenz de Cabezón no le hace falta sacar la calculadora: "Si uno hace las cuentas, uno dividido entre el número de números que hay, sale una probabilidad más pequeña que la probabilidad de que te caiga un rayo si tenemos en cuenta el número de rayos que caen en personas con respecto a la población”. En definitiva, si hay 100.000 números en el Sorteo de Navidad y jugamos uno de ellos, la probabilidad de que toque el Gordo es de 0,00001. El mismo porcentaje que el segundo y el tercer premio, ya que solo un único número ganará 125.000 euros y otro 50.000 euros.
Aumentan las probabilidades en los cuartos y quintos premios
Cada número tiene 172 series y cada serie consta de 10 décimos, por lo tanto hay 1.720 décimos asignados a cada número que hay en el bombo. De estos 100.000, solo obtendrán un premio alrededor de 15.300 décimos.
Eso sí, las posibilidades aumentan si hablamos de los cuartos y quintos premios. La razón es que del cuarto premio salen dos números distintos, por lo que las posibilidades de toque es el doble que las del Gordo, el segundo o el tercer premio. Es decir, una probabilidad de uno entre 0,00002. En cuanto al quinto premio, las posibilidades de que toque se multiplican por ocho respecto al Gordo ya que hay precisamente ocho quintos premios. Aquí ya hablamos de una probababilidad entre 0,00008.
¿Qué cosas son más probables que ganar el Gordo?
Antes estos datos, también podemos plantearnos qué cosas son más probables que sucedan que el ser afortunados con el Gordo de la Lotería de Navidad. La lista es larga, pero ahí van solo dos ejemplos. Uno, encontrar un trébol de cuatro hojas, ya que existe una posibilidad entre 10.000. O nacer con seis dedos, una de las malformaciones hereditarias de las extremidades más comunes, que afecta a una de cada 1.000 personas.
La casuística es amplia. La ilusión no tiene por qué ser racional como tampoco lo son muchas de nuestras conductas. Al fin y al cabo, la esperanza es uno de los motores de la vida. Como decía 'La Cabra Mecánica' en 2009, No me llames iluso porque tenga una ilusión.