Messi cambia la historia a base de récords

¿Necesitaba Messi la Copa del mundo para alcanzar la eternidad? Probablemente no. Hace años que el 10 escribió su nombre en la historia. Pero Leo la quería como nadie. Y la ha conseguido como nunca nadie lo ha hecho. Récord a récord. Gol a gol. Partido a partido. Messi se escribió en el parsano de aquellos que habían levantado la dorada, de los Pelé y Maradona, pero lo hizo a su manera, con su aura, preeminencia y superioridad, con esa del más grande de todos los tiempos. Messi arrancó la final convirtiéndose en el jugador con más partidos en la historia de los mundiales con 26. Cinco mundiales después (es uno de los futbolistas que más ha jugado), conquistó el Mundial que todo un país anhelaba. Tras caer en Brasil 2014, volvió a una final para salir de ella con la corona de vencedor. Además, lo hizo con el Balón de Oro bajo el brazo como hizo hace ocho años, siendo así el único en hacerse con este galardón en dos ediciones distintas de la Copa del mundo. ¿La razón? Además de alzarse como líder indiscutible del campeón (segundo máximo goleador del campeonato con siete goles y máximo asistente con tres asistencias) se ha convertido en el único futbolista en la historia de los mundiales que ha marcado en octavos, cuartos, semis y la final de la misma Copa del mundo. Un hito que se magnifica con sus cinco premios a MVP en este torneo de los once que tiene en total (récord), anotando también en fase de grupos, siendo partícipe de 12 de los 16 goles de Argentina, desde fuera y dentro del área, de penalti y en las dos tandas, con derecha e izquierda y con un doblete de ensueño en la final. En clave Argentina, con sus siete goles en Qatar (su mayor cantidad en un Mundial), se ha alzado como el argentino con más goles en los mundiales (13), superando en el conteno histórico a Pelé (12) y quedándose a tan sólo tres del récord de Klose (16). Donde sí ha roto el récord es en las participaciones directas de gol (suma de goles y asistencias). Messi termina su ciclo en los mundiales con 21 participaciones (13 goles y 8 asistencias), la cifra más alta de la historia en el partido número 1.003 de su carrera deportiva. Messi cierra el capítulo de su historia que más le pesaba. El más importante. El que más felicidad le traía. Y lo hizo siendo decisivo cada día, desde la caída con Arabia Saudí hasta la tanda de Lusail. El título 42 de Leo será el más recordado, el más venerado y el más eterno. Ojalá no sea el último porque ojalá Messi nunca se acabe.

Messi cambia la historia a base de récords

El futbolista argentino se proclama campeón del mundo demostrando su apabullante superioridad en el campo

Juan Antonio Requena

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