"No es posible que desde el Constitucional se condicione la soberanía nacional": María Luisa Balaguer, magistrada del TC, explica cómo transcurrió el pleno
La magistrada votó en contra de admitir las medidas cautelares que paralizan la renovación del Constitucional y considera que la decisión de este lunes deteriora la imagen del tribunal
María Luisa Balaguer, una de las magistradas del TC, explica cómo transcurrió el pleno de este lunes
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Madrid
El Tribunal Constitucional decidió este lunes paralizar la votación en el Senado de la reforma sobre su propia renovación. Una decisión que salió adelante gracias a los seis votos a favor de los seis magistrados conservadores —dos de ellos, con el mandato caducado que deberían dejar de ocupar su puesto en el caso de salir adelante la norma— y con los votos en contra de los cinco magistrados progresistas como María Luisa Balaguer, que ha explicado en Hoy por Hoy cómo transcurrió ese pleno que ha descrito como "poco agradable".
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Mientras los magistrados conservadores argumentaban que se "había erosionado el derecho de un partido parlamentario" para imponer esas medidas cautelarísimas que paralizan la reforma, Balaguer cree que se pasa por alto un detalle técnico muy importante: "Que a quien se imputa la lesión de ese momento es al Congreso y, sin embargo, las medidas cautelares las vuelcan al Senado. Una cámara de representación territorial se ve obligada a interrumpir una votación de algo que incumbe al Congreso, por tanto se está imputando la lesión a un órgano y las medidas cautelares a otro órgano".
Según ha explicado Balaguer, los magistrados se vieron atrapados ante la urgencia que pedía la mayoría para votarlo y no se intentó negociar la resolución, como hubiera sido lo deseable, y valora que los magistrados que votaron en contra de su propia recusación no decidieran apartarse: "Es una posición individual que no se le puede exigir a nadie pero existen precedentes de otros tribunales constitucionales en el que los magistrados se abstienen", recuerda, pero subraya que, de haber sucedido, se habría reducido la composición del órgano y no se habrían aplicado las cautelarísimas".
A pesar de la situación inaudita, Balaguer cuenta que en ningún caso los magistrados progresistas se plantearon ausentarse del pleno: nosotros no somos hooligans, no podemos adoptar medidas de fuerza, somos magistrados del Constitucional. Podemos expresar nuestra opinión en el voto particular pero cómo vamos a abandonar un órgano en el que estamos para abordar decisiones del Estado", sentencia. Recuerda que su función es "contribuir a la gobernabilidad del Estado, al funcionamiento de las instituciones y cuando la decisión adoptada no se corresponda con la votada, queda emitir un voto particular que sea más convincente que la decisión de la mayoría".
Balaguer considera que lo que ha sucedido "deteriora la imagen del tribunal" pero cree que "no hay que dramatizar" sobre su trascendencia: "Un precedente se cambia con otra decisión. No es posible que desde el Tribunal Constitucional se condicione la soberanía nacional", subraya. "A mí me parece que no ha debido hacerse, así no se puede crear un Estado de derecho. Lo de ayer era muy sui géneris y pone en evidencia situaciones que se han vivido otras veces. Cuando se votó el secreto de alarma también se fracturó el tribunal", recuerda y destaca que "lo más importante del tribunal es que exista una cohesión independientemente de la posición ideológica que cada uno tenga". Por eso precisamente se había aplazado, para poder estudiarlo y debatirlo con calma como en otras ocasiones.