Hora 25
Sociedad | Actualidad

"Nunca llegaré a ser perfecta y nadie me va a querer": los pensamientos que esconden los trastornos alimentarios

Quienes tienen un TCA se enfrentan a situaciones muy delicadas en estas fechas en las que se hacen grandes comidas familiares o cenas con amigos y compañeros de trabajo

"Nunca llegaré a ser perfecta y nadie me va a querer": los pensamientos que esconden los trastornos alimentarios

Madrid

Estas fechas, con cenas de empresa, reencuentros con amigos y las Navidades a la vuelta de la esquina, son muy complicadas para quienes sufren TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria). Son más de 400.000 personas en toda España. La anorexia y la bulimia son los más conocidos, pero hay muchos otros como la vigorexia -la obsesión por el físico- o la ortorexia -la obsesión por comer sano-. A veces se combinan entre sí y las secuelas pueden ser tanto físicas como psicológicas.

Más información

Son trastornos que cada vez aparecen en gente más joven. Si hasta hace poco se detectaban entre los 13 y los 19 años, ahora es a los 9 y 10. El 70% de los adolescentes no se siente a gusto con su cuerpo, 6 de cada 10 chicas creen que serían más felices si estuvieran más delgadas y alrededor del 30% de ellas revela conductas patológicas, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.

Los ingresos hospitalarios en unidades especializadas por esta causa han aumentado un 20% en el último año. Con la intervención adecuada la mayoría llegan a recuperarse, pero entre un 10 y un 20% de los casos pueden cronificarse, por lo que una detección precoz y un tratamiento especializado son fundamentales.

La historia de Berta

En este reportaje sonoro escuchamos la voz valiente de Berta. Está a punto de cumplir 28 años y desde hace casi 6 tiene anorexia. Es paciente de ITA Tarragona, un centro especializado en el tratamiento de este tipo de trastornos en el que pasa ocho horas al día. Allí hace varias comidas con supervisión médica y también terapia con otras personas con patologías similares.

Ella es la más mayor del grupo, hay chicas de solo 14 años. Entre todas se apoyan para salir adelante. "Te sientes inferior, ridícula, incapaz, inválida. Son la clase de miedos que todos podemos tener, pero elevados al cuadrado". La parte psicológica de este tipo de trastornos es una de sus grandes luchas. "La forma en que manifiesto mi enfermedad es castigando a mi cuerpo: con atracones, purgas o restricciones que dan una sensación de falsa seguridad. Es lo que la gente ve, la parte física. Pero eso es solo un 10 por ciento, es la punta del iceberg. Hay otro 90 por ciento que no se ve, que está sumergido y pasa más desapercibido", explica.

"Pedir ayuda es la mejor decisión que he podido tomar. La pides cuando estás preparada y dispuesta a dejar la enfermedad atrás. Yo no lo estaba hasta ahora, hasta que he visto que mis ganas eran superiores a mi miedo. Siempre he estado en un punto en el que piensas que estás curada, pero no. Y cada vez que llega la Navidad o tengo que salir fuera lo paso mal, porque nunca he llegado a recuperarme del todo. Me dicen que eso es sobrevivir, no vivir. Así que hay que tirar de fe ciega y de las personas que te acompañan, porque a veces te preguntas: ¿Para qué lo voy a hacer? ¿Para qué voy a luchar? Siempre hay algo que te ayuda, a mí me ayudó mucho mi perrita, por ejemplo. Es donde tú quieras ver la motivación. Si te quieres agarrar, te agarras donde sea. Y si tienes manos que te quieran agarrar, lo tienes todo".

Ana Corbatón

Redactora en los servicios informativos de la...