47 mujeres asesinadas, una auténtica atrocidad

Hay una guerra que no entiende de treguas navideñas, y esta guerra la llevamos perdiendo las mujeres desde hace ni se sabe. La violencia machista ha mostrado su cara más terrible estos últimos días y ha convertido el mes de diciembre en el mes con más mujeres asesinadas en lo que va de año.

El Ministerio de Igualdad se ha visto obligado a convocar para mañana un gabinete de crisis ante los escalofriantes datos. Es imposible seguir el conteo de casos, una búsqueda rápida nos remite leer titulares que hielan la sangre. Santa Perpetua de Moguda, Soria, Calahorra. La violencia machista recorre el territorio español estos días como un auténtico calambre. Son ya siete casos confirmados y otros dos que están todavía bajo investigación. Si se confirman, este año 47 mujeres habrán muerto asesinadas por un hombre. 47 mujeres asesinadas. Y no es solo la cifra, que ya de por sí es terrible, es todo lo que hay detrás, familias rotas, niños huérfanos, niños testigos de la brutalidad de sus padres, miedo, años de sufrimiento y angustia. Detrás de cada mujer asesinada hay mucha otra gente que muere en vida y que se pregunta por qué no lo vio venir.

Es una auténtica atrocidad que si sucediera en cualquier otro colectivo, escandalizaría, seguro, muchísimo más. Nos matan aquí y nos matan en cualquier parte del mundo. Y si no lo hacen, intentan por todos los medios hacer que seamos invisibles. La lucha de las mujeres en Irán no cesa, a pesar de que ya casi no hablamos de ellas. Las mujeres en Afganistán levantan la voz, conociendo cuáles son las consecuencias, porque el régimen talibán les prohíbe estudiar en la Universidad, en algunos países de Latinoamérica los feminicidios revientan las estadísticas...

Las mujeres son las que tienen los sueldos más bajos, los empleos más precarios; las mujeres son las que cuidan, las que renuncian a sus carreras; las mujeres son, en muchos casos, las invisibles. Estamos a punto de finalizar 2022, y nada parece haber cambiado. Bueno, sí, ahora a la lucha contra los asesinos, los opresores, los machistas o los misóginos, a esta lucha ahora hay que añadir otra que creíamos superada, La lucha contra una ultraderecha que niega que nos maten o que dice que nos matan como a todos. Y esta lucha tampoco la podemos perder.