Bonmatí (AECOC), sobre la entrada en vigor del impuesto al plástico: "Es echar más gasolina al fuego. No es el momento"

Madrid

A partir del 1 de enero de 2023 las empresas que importen o fabriquen productos con plástico no reciclable deberán pagar un nuevo impuesto sobre el que ya han mostrado su malestar la mayoría de patronales. Aunque ya se ha pospuesto en dos ocasiones desde que se planteó en 2020, la presión vuelve a pesar sobre la aplicación del tributo en un momento de elevada inflación e incertidumbre para la mayoría de empresas.

"Solicitamos el aplazamiento por la inflación que estamos sufriendo y que no habíamos visto durante muchísimos años. Es una inflación de costes. En unos momentos tan difíciles, este impuesto es como echar más gasolina al fuego", explica en Hora 25 de los negocios el director general de AECOC, José María Bonmatí.

En concreto, los fabricantes o importadores de este material deberán pagar 45 céntimos por kilogramo de plástico no reciclable con el objetivo de favorecer la reutilización y evitar la generación de residuos. "Nos pondría en una situación de desigualdad porque seríamos el único país de Europa que tendría un impuesto de esta categoría", explica Bonmatí.

Este impuesto deriva de una directiva europea que obliga a los estados a pagar al presupuesto de la Unión en función del plástico que no se recicle y que ahora España se dispone a trasladar a su legislación a través de un gravamen específico. "El unico país en la UE que había anunciado un impuesto era Italia y ha decidido que lo aplaza proque no es el momento", señalan desde AECOC.

Bonmatí explica en los micrófonos de la SER que "los objetivos de reciclaje o reutilización están igualmente en vigor" y que el nuevo tributo "no afectaría al compromiso de las empresas con la sostenibilidad". En España se calcula que aproximadamente un tercio del plástico de los envases procede de fuentes recicladas y que en el conjunto de la distribución, dos terceras partes del plástico pueden reaprovecharse.