Mikel Ayestarán, periodista especializado en Oriente Medio: "Sara Khadem se está jugando la vida, el hiyab es una de las líneas rojas del régimen de Irán"

La situación que atraviesa Irán no escapa del deporte. Al contrario. Cada vez son más los deportistas que denuncian la situación del país y que ponen en juego su vida. Tras escuchar a Sebastian Strandvall en 'El Larguero' hablar sobre la condena a muerte a su compañero de equipo Amir Nasr-Azadani, y tras el estallido de casos como el de Ali Daei y Sara Khadem en las últimas horas, 'El Larguero' llama a Mikel Ayestarán, periodista español en Oriente Medio, para conocer la situación que viven aquellos que denucian al régimen iraní y su posición con la hiyab.

"Se utiliza a las familias como forma de presionar a quien se levanta contra el régimen"

Sara Khadem, la mejor ajedrecista de la república islámica, y de la que la escrito Mikel Ayestarán en 'El Correo', ha sido la última deportista en plantarse contra el gobierno de Irán compitiendo sin hiyab en el Mundial de Almaty. De este modo se une a la escaladora Elnaz Rekabi, que compitió sin el pañuelo pero que está sometida a arrestro domiciliario en Teherán, y a otras ajedrecistas que han tomado parte en el mundial, pero en representación de otros países. "Es una de las líneas rojas del régimen desde el triunfo de la revolución islámica. El hiyab es muy sensible para la cúpula islámica y no se lo van a perdonar. Sara sabe a lo que se atiene en el caso de volver al país, pero no lo va a hacer", comentó el periodista.

Las protestas en Irán surgieron hace cuatro meses a raíz del asesinato de Masha Amini. Desde entonces, varias han sido las personalidades que en Irán se han posicionado contra la imposición del hiyab: "El caso de Ali Daei y de la selección iráni es lo que más ha llenado titulares, pero si miramos la hemeroteca el ajedrez es de los deportes que más ha desafiado al régimen en los últimos años", contó Mikel Ayestarán.

Sin embargo, posicionarse no afecta sólo al deportista, sino también a su entorno. Mikel contó que no se sabe a lo que se expone o se enfrenta porque en su caso no puede volver al país por haber cubierto las protestas de 2009: "Te ponen en una lista negra y es difícil borrar tu nombre". El grado de represalia tampoco es lineal. La escaladora está sometida a arrestro domiciliario y a Ali Daei le han clausurado su joyería, su restaurante y han obligado a aterrizar al avión que llevaba a su familia a Dubai tras superar todos los trámites, impidiéndoles salir de Irán. "Las familias se convierten en la manera de presionar a las personalidades públicas que han mostrado su solaridad con las protestas. El régimen quiere controlar estas cosas y uno de sus mecanismos es el control", explicó.

¿Ha habido cambios en las penas por presión social?

"En el caso de Amir la justicia ha sido muy clara y dicen que no van a ceder a la presión internacional. Le acusan de haber tomado parte en la muerte de tres agentes de seguridad durante unos disturbios en su ciudad. El problema que nos encontramos con los procesos son juicios exprés ante tribunales revolucionarios donde no se cumplen garantías mínimas para los detenidos. También hay una fuerte oposición a su familia para que no hablen para que a cambio pueda reducirse la pena, un chantaje. En el caso del futbolista lo han conseguido, en el caso de Masha Amini, no", respondió Mikel Ayestarán.

Sobre cómo la selección iraní se negó a cantar el himno en el primer partido del mundial, el periodista reconoce que le sorprendió el gesto y aplaudió la valentía de los jugadores al hacerlo, aunque mencionó como son varios los futbolistas que han tomado parte en las protestas, varios de ellos en activo en liga que han pedido que se pare la ejecución a Amir Nasr-Azadani aún cuando es "una tarea de alto riesgo". Además, Mikel ha subrayado el nombre de Voria Ghafuri, futbolista de 35 años que es leyenda del fútbol iraní que está detenido por su participación en las protestas. Es el único jugador en activo que está arrestado, con el añadido de que es kurdo. De hecho, es uno de los casos que el periodista español sigue con más preocupación.