PERFIL | Benedicto XVI, el papa que giró al conservadurismo y se vio salpicado por los escándalos de pederastia

El papa emérito Benedicto XVI, fallecido este sábado a los 95 años, marca un antes y un después en el Vaticano. Decidió apartarse en 2013 tras salpicarle los escándalos de pederastia, siendo un gesto revolucionario al ser el primer papa en abdicar. El papa emérito, Benedicto XVI, nació en la región alemana de Baviera el 16 de abril de 1927 con el nombre de Joseph Ratzinger. Con 24 años, en 1951, es ordenado sacerdote. Ya con 50, se convierte en cardenal, título que mantuvo hasta la muerte del papa Juan Pablo II. Desde el balcón principal de la basílica de San Pedro de El Vaticano, el cardenal chileno, Jorge Arturo Medina Estévez, anunciaba que ya había un nuevo papa. Era el 19 de abril de 2005, 17 días después del fallecimiento de Juan Pablo II. Ratzinger quiso ser papa bajo el nombre de Benedicto XVI. Desde el mismo balcón que se había anunciado el inicio de su papado daba sus primeras palabras. Lo hacía en italiano, diciendo: «Queridos hermanos y hermanas, después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor». Unos días más tarde pronunciaba sus primeras palabras en español. La carrera de Ratzinger empezó con posturas reformistas, estuvo entre los jóvenes teólogos que ayudaron a impulsar la modernización de la iglesia en el Concilio Vaticano II, pero posteriormente tuvo un giro hacia el conservadurismo, como rechazo al movimiento estudiantil de 1968 que vivió como profesor de teología en Tubinga (suroeste de Alemania). Ratzinger había llegado a Tubinga por recomendación del teólogo suizo Hans Küng, con quien había coincidido en el Concilio Vaticano II y que posteriormente sería uno de sus principales oponentes. Mientras que Ratzinger se haría cada vez más conservador, temiendo que un exceso de apertura llevase el relativismo, Küng radicalizó sus posturas reformistas y ecuménicas en busca de un diálogo con las otras confesiones cristianas y con otras religiones. Mientras Ratzinger se convirtió en una especie de guardián de los dogmas Küng llegó a cuestionar la infalibilidad papal -un invento de los conservadores en el siglo XIX según él- lo que lo que llevó a que se le retirará la licencia eclesiástica para enseñar teología católica. En Tubinga, entonces, se creó un instituto de teología ecuménica a su medida. Ratzinger, por su parte, desde El Vaticano, bloqueó con frecuencia tendencias aperturistas de la Conferencia Episcopal Alemana en temas como la moral sexual o el acceso de los sacramentos de los divorciados vueltos a casar. Cuando Ratzinger fue elegido la primera reacción de Küng fue hablar de una «decepción gigantesca» aunque agregó que había que darle 100 días de confianza. Su papado no estuvo exento de polémicas. En uno de los viajes oficiales, en este caso a Alemania, usó una cita literaria en la que se critica a Mahoma, fundador del Islam, por difundir la fe usando la espada. Después aseguró que sus palabras se malinterpretaron y en noviembre del mismo año, 2006, fue el segundo papa en entrar a un templo musulmán visitando la Mezquita Azul de Estambul. También los casos de pederastia en la Iglesia le siguieron. Habló de ello en varias ocasiones. En uno de sus viajes a Estados Unidos, en 2008, dijo que eran una vergüenza. Dos años más tarde, en otro viaje oficial, en este caso a Portugal, dijo que los ataques más graves de la Iglesia, no venían de fuera, sino del interior de la propia institución, en referencia a ese mismo tema. Incluso llegó a pedir perdón por los casos de pederastia El 28 de febrero de 2013, renunció como pontífice y el mismo día se despedía de los fieles desde Castel Gandolfo, la habitual residencia de verano de los papas y que fue su residencia temporal tras renunciar. Cerraba así casi ocho años de pontificado en los que proclamó 34 santos y cerca de 600 beatos, entre ellos, su predecesor, Juan Pablo Segundo.

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El papa emérito ha muerto este sábado a los 95 años

Marina García Castro

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