Las comunidades aumentan notablemente sus presupuestos de lucha contra el fuego tras los desastrosos incendios de 2022
Andalucía, Castilla y León, Aragón y la Comunidad Valenciana son las autonomías que más van a incrementar sus partidas destinadas al cuidado de los bosques después de que el año pasado ardieran más de 3.000 kilómetros cuadrados de masa forestal en toda España
Madrid
El año 2022 fue el peor en incendios forestales en España desde que hay registros y eso ha provocado la reacción de las administraciones encargadas de la protección de nuestros montes. Hubo casi 500 fuegos que arrasaron más de 306.000 hectáreas de terreno, según los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales. El 40% de la superficie que se quemó en toda la Unión Europea el año pasado era territorio español. Son de algo más de 3.000 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a la provincia de Álava entera o las islas de Tenerife, La Palma, El Hierro y La Gomera juntas. Ante la evidencia de que las temperaturas van a seguir subiendo (2022 fue el año más caluroso desde que hay registros, según AEMET), las Comunidades Autónomas han decidido aumentar notablemente los presupuestos destinados a la prevención y lucha contra el fuego, según los datos recabados por la red de emisoras de la SER.
Las comunidades autónomas aumentan su presupuesto para prevenir incendios
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Los incrementos más importantes son los de Andalucía, que ha presupuestado 222 millones de euros, casi 60 más que el año pasado, y Castilla y León, que ha pasado de 66 millones en 2022 a 88 en 2023. Y pretende llegar a 126 millones, casi el doble que el año recién terminado, en 2025. Castilla y León fue la comunidad que más sufrió los incendios del verano pasado. Las llamas arrasaron por completo 60.000 hectáreas de la Sierra de la Culebra, en Zamora, más de la mitad de las cuales formaban parte de la reserva de la biosfera de la Meseta Ibérica. También Aragón y la Comunidad Valenciana han aumentado notablemente sus presupuestos de prevención y lucha contra el fuego, en 15 y 11 millones, respectivamente. Sólo Madrid, Baleares y La Rioja van a dejar sus presupuestos como estaban porque aseguran que sus planes están funcionando. Cataluña aún no tiene presupuestos aprobado pero la intención de Esquerra también es aumentar esta partida. Luego hay casos particulares como el de Euskadi, que es la única comunidad que no tiene medios aéreos propios para combatir los incendios. En este caso, la lucha contra el fuego corresponde a las diputaciones forales y el Gobierno vasco, por su parte, ha presupuestado medio millón de euros para alquilar alguna aeronave de lucha contra incendios unas horas si hace falta este 2023.
Más dinero, pero no más plantilla
Paradójicamente, esos incrementos presupuestarios no se van a traducir en la contratación de más personal. Apenas va a haber aumentos de plantilla, y van a ser casi testimoniales, en Navarra, Murcia, Asturias, Canarias y Castilla-La Mancha. El dinero se va a destinar sobre todo a potenciar los medios de lucha contra los incendios, a mejorar las condiciones salariales de las plantillas ya existentes y especialmente a la gestión de los bosques. Los expertos sostienen que los bosques se cuidan durante todo el año, no sólo unos meses, y son varias comunidades las que advierten de que, aunque no lo parezca, hay mucho terreno privado cuya gestión depende de los dueños particulares y son ellos los encargados de su mantenimiento y en muchos casos no se hace.
Las zonas arrasadas por los incendios tardan décadas en recuperarse. Hablamos de 50, 60 o incluso 70 años. La casuística es muy variada porque depende de muchos factores: la orografía del terreno, el subsuelo, la capacidad de regeneración de la zona, de la masa forestal que hubiera (porque no es lo mismo una zona arbolada que una de monte bajo y matorral), etc. Además, los expertos recuerdan que no se puede empezar a reforestar inmediatamente después de un incendio. Hay que sacar la madera quemada para evitar plagas y la pérdida del suelo, hay que adecuar las pistas forestales, hay que esperar un tiempo a que sanee la tierra y después empezar a repoblar. Hay casos, como los incendios de Castrocontrigo en León en 2012, donde los bomberos forestales recuerdan que no se replantó con lo mismo que había. Se estudia el terreno y se analizan las mejores opciones para repoblar. En La Rioja, por ejemplo, en la sierra de Yerga hubo un incendio en el verano de 2021 y ahora —año y medio después— se está trabajando en los trámites administrativos para su repoblación.
Miguel Á. Muñoz Encinas
He trabajado en todos los programas informativos de la SER (Hoy por Hoy, Hora 25, Hora 14, boletines...