El lunes más lunes de todos los lunes del año

Madrid

Buenos días a todos, pero no ese 'buenos días' de todos los lunes. Tiene que haber un 'buenos días' especial para decirlo un lunes como este, el lunes después de Reyes. El lunes más lunes de todos los lunes del año. El primer día en el que nos ponemos en serio con los propósitos que nos hemos marcado para este curso y, si eres una persona normal, también el último, porque el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con el mismo propósito. Y es que aunque nos pasemos el resto del año criticando a los políticos, hoy todos somos un candidato electoral que ha prometido tres o cuatro cosas que sabe que no puede cumplir. Porque al final da igual que sea reducir la curva del paro o la de la grasa abdominal, las promesas electorales y los propósitos del año tienen en común que son cosas que se dicen sabiendo que no hay quien las cumpla, pero que sonar suenan de la hostia.

Y eso me lleva a pensar que vivimos en un sistema maravilloso. La democracia alcanza su madurez cuando permite que alguien que ni siquiera ha sido capaz de reducir el consumo de ensaladilla rusa pueda bajar al bar a pedir la dimisión de aquellos que no son capaces de controlar la inflación. Y de paso, pedirse otra ración de ensaladilla rusa. Así que ánimo a todos los que, como yo, hoy arrancamos una nueva legislatura con tres o cuatro promesas electorales que nos hemos hecho a nosotros mismos. El objetivo ya no es cumplirlas, que sabemos que no, el objetivo es llegar a Semana Santa sin que el médico de cabecera nos haga una moción de censura. Porque cuando llega el verano y no hayamos bajado ni dos kilos, nosotros no podemos pactar con Esquerra para salvar la operación bikini.