La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha mostrado esta mañana en la SER su preocupación por el aumento de casos de violencia machista. Algunas asociaciones de mujeres se quejan de que, estas semanas tan duras, con el repunte de casos, la ministra no haya comparecido públicamente a diferencia del ministro Marlaska o de la ministra Llop. «Mantenemos contacto con las asociaciones. Y a veces son la única mano tendida a las víctimas, sobre todo cuando las instituciones no estamos a la altura», ha expresado. «Llamar al 016 es vital. Hay una puerta de entrada. Todas las políticas que estamos implementando están destinadas a salvar vidas, pero estamos muy preocupadas por lo que está pasando», ha dicho. «Estamos preocupadas y analizamos el detalle del caso para ver qué ha fallado», ha reconocido. La ministra ha apostado por mejorar la formación a todos los niveles como en el sector sanitario y apuesta por reforzar los protocolos de detección: «Hay algunas mujeres que lo cuentan en la consulta del pediatra». «La coordinación es una tarea que asumimos como propia. Y ahora convocamos un comité de crisis. Tienen que funcionar los protocolos de derivación. Hay cosas que podemos mejorar como las soluciones habitacionales o servicios de emergencia para mujeres con discapacidad. Estamos avanzando, pero no podemos ser autocomplacientes. Tenemos la obligación de mejorar», ha asegurado. Uno de los aspectos que se discuten es el encaje legal de los avisos a mujeres sobre maltratadores. «No podemos normalizar un grito o un empujón. Hagámosles saber a las mujeres que estamos a su lado. Paremos los pies a los agresores. No hay una sola medida como avisar que funcione de forma independiente. No hay una varita mágica. Lo que hace mucho daño es el negacionismo», ha dicho. La ministra ha querido lanzar un mensaje de unidad institucional, aunque ha reconocido que aún no hay una fecha para su reunión con el ministerio de Interior. «Igualdad e Interior trabajan de la mano, pero también hay que trabajar con Educación, Sanidad y Servicios Sociales. No basta con la perspectiva policial», ha asegurado. Igualdad pidió hace casi 20 días una reunión urgente con Interior para analizar nuevas medidas y más recursos. Montero está de acuerdo en que hay que poner el foco en el agresor: «La violencia machista es estructural y no acabaremos con ella hasta que no acabemos con el machismo». Casi la mitad de las víctimas de 2022, un 43%, había denunciado malos tratos y su agresor finalmente las mató. «No hace falta poner denuncia para llamar al 016 y tener derecho a una psicóloga especializada, una trabajadora social que le informa sobre los recursos y asesoramiento jurídico para que conozca sus derechos. Se accede a los derechos sin necesidad de poner denuncias. Eso hay que dejarlo claro», ha querido dejar claro. Tras la aprobación de la ley del solo sí es sí, se han conocido nuevas rebajas de penas. «Estamos con problemas como pasó ya con la ley de violencia de género. Y 18 años después nadie duda que esta ley es básica. La propuesta penal de la ley es sólida. Estoy preocupada, pero esta ley es un avance. Y siempre que ha habido un cambio feminista ha habido problemas de aplicación. Quiero mandar un mensaje de tranquilidad», ha asegurado. «Los sesgos machistas en la sociedad pueden llegar a comprometer las sentencias. Lo dice Naciones Unidas. Por eso la formación es importante», ha dicho la ministra, que ha querido hacer un reconocimiento a la justicia que no «repite estereotipos». Otro de los asuntos a abordar es la plataforma de Sumar propuesta por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. En la SER, la líder de Unidas Podemos, Ione Belarra instó a Yolanda Díaz a que se defina ya, para que aclare si quiere ser la candidata de todos, y se siente a negociar. «Estoy muy de acuerdo con las palabras de Ione. Hacemos política institucional porque no da igual quien gobierna», ha asegurado. La ministra cree que Yolanda Díaz «debería hacerlo ya» y «cuánto antes». «Cuánto más peso tengamos más cosas podremos cambiar. Creemos que es posible un gobierno de coalición», ha insistido.