¿Por qué el picante te da hipo y el chocolate negro te hace estornudar?

Bob Pop confesaba el pasado lunes que consumir determinados alimentos desencadena en él reacciones involuntarias. Tanto el picante como el chocolate negro le encantan, pero ya sabe que si come picante tendrá hipo y si prueba el chocolate negro se pondrá a estornudar. Resulta que no está solo. Como explica el catedrático de psicobiología de la Universidad Complutense de Madrid Manuel Martín-Loeches, las dos reacciones aparecen en un porcentaje considerable de la población.

Empecemos por el hipo. Que en realidad se llama "singulto". Hipo es una onomatopeya que imita el ruido que hace una persona hipando. El hipo es un acto involuntario y de difícil control. Por lo tanto también es difícil de estudiar. Se debe a contracciones involuntarias del diafragma y de los músculos intercostales, haciendo que entre aire a los pulmones unos milisegundos, seguido del cierre brusco de la glotis (sonido "hip"). Se piensa que podría ser un mecanismo para expulsar aire en los lactantes, pero de mayores se suele producir por alguna alteración gastroesofágica (gastritis, úlcera, ingesta de alcohol), o por alguna afección del sistema nervioso (centros del hipo) o que lo afecte indirectamente, como encefalitis, tumores cerebrales, esclerosis, meningitis o trastornos cardíacos.

En el caso de Bob, que estornuda cuando come algo picante, posiblemente se deba a que su organismo entiende que debe eliminar tóxicos. Afortunadamente se le pasa rápido. Porque valen para acabar con el hipo todos los trucos que conoces: beber un vaso de agua al revés, contener la respiración... e incluso que te digan que van a grabar tu hipo. Resulta que el hipo es influenciable psicológicamente, y es sensible a la inhibición social.

Más detalles interesantes sobre el hipo: es más frecuente en mujeres, y más en jóvenes que en mayores. En cambio los ataques de hipo persistentes o intratables son 9 veces más frecuentes en varones. Se llama hipo intratable si dura más de un mes. El peor caso conocido está en el Libro Guinness de los récords: a un granjero estadounidense le dio un ataque de hipo matando un cerdo en 1922 y no se le pasó hasta 1990.

Igual se le habría pasado si hubiera empezado a estornudar. Porque esa sería otra manera de acabar con el hipo.

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El estornudo

El estornudo, como el singulto, también es una reacción involuntaria del cuerpo, y por lo tanto difícil de estudiar. Se produce para eliminar productos tóxicos de la nariz: polvo, virus, bacterias. Aparece en animales terrestres, incluso en reptiles, pero no en peces. Parece derivarse del acto motor más primitivo del bostezo, y tiene dos fases: “a-chus” (es universal). En la primera, tras la activación del centro de estornudos en el tronco del encéfalo a través del trigémino a causa de los irritantes, se lleva la cabeza ligeramente hacia atrás, se abren mandíbulas, y se inhala aire profundamente. Y en una segunda fase se produce una exhalación explosiva por cierre y apertura de la glotis, cerrando los ojos (para protegerlos) y las mandíbulas. Se estima que el rango de salida del estornudo se mueve entre 100 y 1000 km/h. Y ojo: estornudar con mucha violencia puede llegar a ser peligroso: puede provocar contracturas de espalda o roturas de costillas, e incluso se conoce un caso de muerte por hernia cervical (semejante a un ahorcamiento). También puede influir en un desprendimiento de retina, o desencadenar accidentes de tráfico. Y hay casos de hiperproducción: se conoce el caso de una niña de 9 años que en 20 minutos produjo 237 estornudos.

¿Pero por qué Bob Pop estornuda cuando come chocolate negro? Seguramente, explica Martín-Loeches, por su porcentaje de genes neandertales. Ocurre en un 20-30 por ciento de la población. Podría estar relacionado con el estornudo fótico, el que se produce a causa de un rayo de sol brillante, y que se debe a un error de conexiones nerviosas, de la retina al centro de los estornudos. También pueden desencadenarse estornudos por ideaciones sexuales, orgasmos o emociones fuertes.

La próxima vez que estornude Bob, o cualquiera de nosotros, estaremos más cerca de saber por qué.