Sebastián Albella, expresidente de la CNMV: "Los rumores pueden ser muy relevantes en el mercado, dependiendo de la credibilidad que reciban"

Madrid

Son como la policía del dinero. La Comisión Nacional del Mercado de Valores es el organismo autónomo adscrito al Ministerio de Economía que se encarga de vigilar el buen funcionamiento de los mercados de valores en España, esto es, las bolsas; y que las inversiones que se hacen en nuestro país sean lo más transparentes y correctas posibles. Son básicamente los que controlan que no se hagan trampas en las bolsas y que los bancos no coloquen productos financieros inadecuados a los ciudadanos. Sebastián Albella, expresidente de la CNMV, responde a las preguntas de Aimar Bretos en Hora 25.

"Los bancos ayudan a que se les escrute, pero es importante que estén vigilados. E imponer, en su caso, sanciones si no se cumplen las normas", explica Albella. Según cuenta él mismo, no tuvo nunca contacto estrecho con la política. En 2016 fue elegido presidente del organismo público tras un acuerdo entre Ciudadanos y PP. "No es un cargo político. Es un cargo relevante. Es una institución diseñada para que al frente haya alguien independiente, precisamente este tipo de organizaciones están hechas para esto. Porque además tiene una función arbitral o de poner orden, cuando hay operaciones corporativas como OPAS o fusiones", relata.

¿Cuál es el tipo de operación más delicada que le toca gestionar a un presidente de la CNMV? "A mí siempre me acompañó una preocupación: la de advertir tempranamente de posibles problemas en relación con la colocación de productos financieros o entidades que pudieran entrar en crisis y generar dificultades", dice Albella. El expresidente es optimista con la conducta de los inversores: "Tenemos unos mercados básicamente limpios. El mercado español está alineado con los mejores mercados europeos. No creo que haya mucho ratero en el mercado. El haber estado en el ámbito privado me hizo ser más incisivo en algunos aspectos. Recuerdo varios momentos en los que pude aportar esa visión más desconfiada que ayudó a tratar mejor determinadas cuestiones"

Los dos delitos más comunes, dentro del concepto de abuso de mercado, son la información privilegiada y las conductas de 'insider trading'. Uno de los comportamientos ilícitos más frecuentes es precisamente el tener información sobre la actividad de determinada empresa para poder invertir o vender antes de tiempo. "Creo que la operativa de los mercados es esencialmente limpia y ortodoxa. Al final las empresas se juegan también mucho en términos de imagen", explica.

"Con todos los ministros que tuve que tratar he tenido un trato exquisito. Las empresas también respetan a este tipo de organismos. En general la cultura es de respeto tanto por parte del sector privado como por el sector público. Un ministro me llamó y me dijo "que conste que me has llamado tú" así que incluso a ellos les preocupa que se piense que todo es independiente", relata Albella. "Los rumores pueden ser muy relevantes en el mercado, depende de la credibilidad que reciban. Hay entidades especialmente sensibles. Recordamos algún banco que pueda estar en crisis y haya dimes y diretes sobre su estabilidad. Los rumores que se mantienen, lo hacen porque acaban convirtiéndose en algo real. Un banco en crisis es una situación muy delicada que la normativa contempla de manera especial. La normativa sobre abuso de mercado obliga a publicar informaciones relevantes, pero la legislación europea, por ejemplo, puede retrasar esa información sobre un banco en crisis por razones de protección de la propia entidad", sentencia.