Congelar óvulos: comprar el tiempo para poder ser madre

Madrid

Vicky tiene 38 años y hace cuatro que decidió vitrificar sus óvulos. "Cuando tomé la decisión gané en tranquilidad". Su forma de pensar es cada vez la de más mujeres de entre 30 y 40 años, que ven cómo el momento de la maternidad llega cada vez más tarde. Es también el caso de Laura (32), que hace poco inició el proceso después de hablarlo con varias amigas de su misma edad. "Lo que quiero es tener la opción en un futuro y no vivir con la presión del tiempo", asegura. Y Emma (32), que trabaja mucho fuera de España, entiende que no es el momento de tener hijos pero sí quiere tenerlos más adelante.

Estas dos mujeres son solo una muestra de una tendencia cada vez mayor en España. Vitrificar los óvulos se ha convertido en algo cada vez más habitual. En el año 2020, el último del que se tienen registros, 4.715 mujeres comenzaron el procedimiento, frente a las 2.355 de solo cinco años antes. Desde la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), explican que el perfil mayoritario es el de una mujer con una vida profesional en desarrollo, que ve cómo sus años de fertilidad se agotan y las razones son diversas: la incorporación tardía al mercado laboral, la precariedad, la escasez de políticas de conciliación y también un estilo de vida en el que cada vez menos personas tienen relaciones sentimentales estables.

La edad media a la maternidad se situó en nuestro país en los 32,6 años en 2021, tres décimas más que el año anterior, lo que confirma que en los últimos años se observa que la disminución del número de nacimientos se ve acompañada de un retraso en la edad de maternidad. Otro indicador que refleja el retraso en la maternidad es el número de alumbramientos de madres de 40 o más años, que ha crecido un 38% en 10 años, pasando del 5,5% del total en 2011 hasta el 10,7% en 2021.

La edad y el dinero, factores en contra

El paso del tiempo es una de las claves si hablamos de vitrificar los óvulos, no solo porque al congelarlos la mujer gana tiempo, sino porque la edad para hacerlo es determinante. "La edad recomendable para realizar la vitrificación es a partir de los 25 años hasta como mucho los 35", explica Ana Villalba, ginecóloga de la Clínica Moncloa. Después de ese límite de los 35 también se puede hacer pero las posibilidades de éxito se reducen notablemente. Si a los 30 la reserva ovárica es de unos 40.000 ovocitos, a los 40 se queda apenas en 8.000. "Aunque a los 37 años todavía se puede realizar con éxito las probabilidades de conseguirlo son mucho menores", explica Villalba.

El dinero es el otro hándicap. En España, la Seguridad Social solo ofrece este tratamiento a pacientes que pierdan su fertilidad de forma inminente por motivos médicos, como la endometriosis o un tratamiento de quimioterapia. En cualquier otro caso hay que acudir a una clínica privada. El precio oscila entre los entre 2.000 y 3.000 euros. En la mayoría de los centros, se incluye el mantenimiento de los óvulos durante los primeros dos o tres años. A partir de entonces, esa cuota ronda los 300 euros anuales. "Las mujeres que acuden a hacerse el tratamiento son de un nivel socioeconómico medio o alto", cuenta la médica. "El tema económico es algo que te hace pensarlo, porque además hay que pagar la medicación hormonal, pero prefiero no ser madre de manera apresurada y arrepentirme después", dice Vicky, que confiesa que para ella ha sido un camino liberador.