Cosa Nostra
En muchos pueblos de Sicilia la visita hay que hacerla a los cementerios. No hablan los muertos, pero sí sus tumbas. El estado de las tumbas de los arrepentidos; el estado de las tumbas de los capos
La contra | Cosa Nostra
Madrid
Hay una frase muy ilustrativa del Juan José Millás reportero, que dice que al llegar a un lugar lo primero que hace es preguntar en la farmacia. Averiguar qué está comprando la gente en las farmacias es la mejor manera de conocer el sitio en el que se está. En muchos pueblos de Sicilia la visita hay que hacerla a los cementerios. No hablan los muertos, pero sí sus tumbas. Por ejemplo, Dani Verdú contó hace tres años que la tumba del arrepentido, por supuesto asesinado, que provocó detenciones en el clan de Messina Denaro, la habían destrozado. Y desde allí se podía ver el lustroso y reverenciado panteón de la familia del capo, de su padre mafioso (cuando decimos mafioso decimos asesino), de sus familiares enterrados.
Lo han detenido después de 30 años huido en un pueblo vecino. La corrupción de la mafia permite que el criminal más buscado de su país se esconda en su casa, y se le detenga haciendo cola en una clínica. Provenzano tampoco tuvo que huir a una isla del Pacífico. Es impresionante la corrosión moral de una sociedad cuando se le somete a la violencia más brutal y se le recompensa no ejerciéndola sobre ella. Messina Denaro prohibía extorsionar a los comerciantes del pueblo: con eso a veces basta. Eso y la tradición, las raíces, que las alabamos muchas veces olvidando que a menudo son simplemente raíces podridas.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio...