'The last of us', la distopía pandémica después del COVID que ya es el nuevo fenómeno de HBO
HBO ha estrenado el primer capítulo de 'The last of us', adaptación del exitoso videojuego que nos cuenta el viaje de un hombre y una niña en un mundo posapocalíptico. ¿Cómo nos organizamos como humanos? ¿Qué sistema político nos conviene en esta sociedad cada vez más abocada a su fin? Son algunas de las reflexiones que plantea esta historia
Madrid
Naughty Dog tiene un sello muy particular en la industria desarrolladora de videojuegos. La empresa creadora de las exitosas sagas Crash Bandicoot y Uncharted, suele centrarse en una historia con dos protagonistas, una historia de acción y aventura, con humor y desarrollada en mundos fantásticos. Lo que nos ofrece también en el último de sus éxitos para PlayStation: The last of us (TLOU).
La pareja protagonista de esta historia posapocalíptica, Ellie y Joel, es una de las clásicas ya de los videojuegos. Para quien no conozca la historia, TLOU nos cuenta cómo el mundo colapsa por una misteriosa infección. Joel, un hombre que pierde a su hija al comienzo del colapso, recibe el encargo, veinte años después, de sacar a una chica de 14 años de una zona de cuarentena. Una zona militarizada, una dictadura militar.
TLOU es uno de los videojuegos más exitosos en cuanto a crítica y público, precisamente por todas las aristas de su historia y de sus personajes, no es solo un juego de acción de ir matando zombies. TLOU nos habla de pérdidas y duelos. De lealtades, traiciones y mentiras. De fascismos, violencia y movimientos totalitarios a los que se enfrentan facciones rebeldes y civiles. Un juego de supervivencia física y psicológica.
A lo largo de sus casi quince horas de duración, en esta aventura en tercera persona vamos conociendo a un montón de personajes en diferentes mundos abiertos. Todos o casi todos importan, en cada uno de ellos el videojuego explora los diferentes comportamientos humanos ante situaciones límite. La relación entre Joel y Ellie es misteriosa e hipnótica, conmueve. Es además uno de los primeros videojuegos de acción y aventuras que introduce a personajes LGTBI, en los que se aborda la búsqueda de la identidad y las relaciones homosexuales. TLOU ha abierto debates en torno a la transexualidad o al género no binario en un sector profundamente machista, como reconocía a finales de 2022 la Asociación Española de Videojuegos en su última guía.
Y luego está el contexto. TLOU nos atrapa con sus escenarios. La naturaleza ha recuperado su lugar en unas ciudades devastadas. Los animales campan a sus anchas, los paisajes posapocalípticos son de una belleza cautivadora. Hay momentos mágicos, como cuando vimos la primera de Jurassic Park por primera vez, hay escenas que nos dejan con la boca abierta. Tiene magia y ayuda el sonido. La exquisita banda sonora del multipremiado Gustavo Santaolalla, envolvente. El sonido ambiente, el sonido que emiten los chasqueadores, uno de nuestros mayores enemigos (después de los humanos).
Todo ello otorga a TLOU una capacidad única de transmitir y plasmar muy bien las emociones y sentimientos. Nos invita a querer avanzar en la historia y en las historias, porque TLOU no consiste solo en matar monstruos. Y, no lo vamos a desvelar, tiene un final épico, no es una gran batalla al uso, como en el resto de juegos de estas características.
La adaptación que ha hecho HBO empieza en 1968, con una escena original de la serie, que no aparece en el videojuego, la de un programa de televisión con científicos advirtiendo de una posible futura pandemia viral. Ha impactado a los espectadores, que se acercan a esta historia después de la pandemia de la COVID. Y es que lo que pasa en TLOU nos puede pasar cualquier día. Se advierte del verdadero peligro que suponen no los virus y bacterias, sino los hongos. El hongo que provoca el colapso en el juego existe, de verdad, el llamado Cordyceps, aunque por fortuna no afecta al ser humano.
Los protagonistas de esta historia, a Joel y Billi, los encarnan Pedro Pascal, el actor de origen chileno que descubrimos en Narcos, y Bella Ramsey, a quien descubrimos en Juego de Tronos. Es un acierto contar en el doblaje con las mismas voces que doblan el videojuego al español. Aunque la protagonista no se parezca físicamente demasiado a Ellie y haya otros personajes, protagonistas y secundarios, que tampoco. Una adaptación que, dicen, ha costado más de 15 millones por capítulo, y que llega después de la pandemia y de haber atendido a varias series donde lo apocalíptico comienza con un virus. Sin embargo, hay algo diferente a lo que hemos visto en la ficción, hay cierto humanismo en el retrato de los personajes, más allá de los efectos especiales y la apuesta visual. Más cercano a la literatura de Cormac McCarthy y al Cuarón de Hijos de los hombres, que a ficciones como The Walking Dead o Contagio. Aquí no hay zombies, los monstruos emergen de la convivencia social, como en la vida misma.
En realidad, nada en el planteamiento de The Last of Us es nuevo, pero todo funciona en ese grupo de humanos que luchan por sobrevivir y mantenerse a salvo en una sociedad que se va a pique. Craig Mazin (creador de la serie Chernobil) y Neil Druckmann, uno de los creadores del videojuego, están detrás de las cámaras. Han sido los showrunner de esta ficción que tiene un diseño de producción impecable y que ha dado la oportunidad a directores del cine de autor, alejados de Hollywood, para trasladar su visión del mundo. Ahí están Ali Abbasi y Jasmila Zbanic dirigiendo varios de los capítulos.
Y, como en el videojuego, hay desde el inicio una clara apuesta por la diversidad y por aúnar la acción y la intriga de una historia de supervivencia con lo íntimo de unos personajes que acompañan al espectador, gracias al carisma de sus intérpretes, y con reflexiones sobre el momento político y social. ¿Cómo nos organizamos como humanos? ¿Qué sistema político nos conviene en esta sociedad cada vez más abocada a su fin por el cambio climático? Reflexiones que, a pesar de los años, siguen acompañando a los espectadores, como toda buena obra clásica.