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Damien Chazelle: "El arte y el entretenimiento tienen que coexistir para que Hollywood siga siendo relevante"

El director de 'Babylon', una epopeya sobre el mundo del cine con Brad Pitt y Margott Robbie, habla en la Cadena SER del éxito, el fracaso y el poder latino

Damien Chazelle en Roma (Photo by Franco Origlia/WireImage) / Franco Origlia

Park City

El director americano se convirtió en el niño prodigio de Hollywood precisamente al deslumbrar en el Festival de Sundance con Whiplash, una película sobre el éxito, el arte, el esfuerzo y la toxicidad en el trabajo a través de un músico de jazz, un alter ego del propio director, que dejó la música porque no tenía talento y se pasó al cine. Su segunda película estuvo en Venecia, fue furor lo que provocó La La Land, un musical sobre Los Ángeles y Hollywood en la actualidad y todos esos creadores y los sacrificios que deben hacer para triunfar hoy en el cine. Su tercera película también hablaba de triunfos y de inadaptados, First man era una crónica diferente del primer viaje a la luna. Quizá los perdedores los dejara para su serie de televisión, The Eddy, que hizo con Netflix. En su nueva película, ya en cines, Babylon, como su título indica, convierte al Hollywood de los años veinte en un Sodoma y Gomorra. Babylon nos sumerge en la alocada historia de Hollywood, concretamente en el paso del cine mudo al sonoro con el latino Diego Calva, Margot Robbie y Brad Pitt, donde el director vuelve reflexionar sobre el fracaso del sueño americano pero a lo grande, con una película salvaje de tres horas.

La película muestra un cambio total en la industria del cine, el paso del mudo al sonoro, ¿es un cambio similar al que vive ahora mismo la industria? ¿Es una película que habla del momento actual del cine?

Eso se hizo más oportuno o relevante durante la preparación del proyecto, pero no fue una idea de inicio. Es lógico que aparezca, Hollywood ahora mismo está pasando por muchas transiciones. Se habla mucho de esto en los medios de comunicación y entre los cineastas y actores también se comenta lo que deparará el futuro. Hay mucha ansiedad, mucho miedo, y creo que todo eso me resultó muy familiar al ver lo que sucedió en los años veinte. Dicho esto, creo que, en cierto modo, la historia de la película y el tema que trata tal vez también sean una especie de contrapunto a la actualidad. En el sentido en el que por profundos que podamos sentir que fueron los cambios, aquello sí fue una primera ruptura real, fue el primer cambio realmente profundo de Hollywood, que ocurrió muy rápido y fue un cambio radical de cómo se hacían las películas, de lo que era la idea de una estrella de Hollywood y como se la valoraba. Y todo ocurrió en dos o tres años, en el mejor de los casos. Lo que lo que estamos viviendo hoy es más bien una especie de última versión de una especie de historia continua que comenzó tal vez con la llegada de la televisión, en los años cuarenta y cincuenta y se alargó hasta nuestros días.

¿Podemos aprender de ese viejo Hollywood ahora?

En cierto modo sí. Siento que podríamos aprender e incluso consolarnos viendo cómo Hollywood se enfrentó y, en última instancia, sobrevivió a una transición mucho más rápida, violenta y catastrófica como fue la de los años 20.

En la película se enfrenta el talento de Broadway frente a Hollywood como entretenimiento, ¿puede convivir arte y entretenimiento en el cine? ¿Es la clave para seguir adelanto?

Creo que ambos pueden existir. Más bien tienen que existir para que Hollywood como entidad siga siendo relevante. Supongo que una cosa buena en comparación con los años veinte, y que hay una gama mucho más amplia de tipos de películas que son posibles, que se hacen en una parte del mundo, pero las ve el resto del universo. La idea principal debería ser tratar de mezclar arte y entretenimiento o tratar de encontrar una manera, supongo, de ser auténtico, de permanecer fiel a la promesa inicial del cine, como una especie de arte popular, un tipo de arte para las masas, una verdadera forma de arte de masas que daba la bienvenida a todo el mundo y que no era elitista; mientras a la vez se impulse el medio hacía adelante, de maneras que a veces pueden ser más difíciles para el público. Creo que ese tipo de tira y afloja, que supongo que está en todas las formas de arte, es aún más visible en el cine debido, una vez más, al enorme alcance que puede tener el como forma de arte de masas. Esa misma lucha, en realidad, se remonta a la época de esta película o a antes, a la adolescencia de los años veinte, en el nacimiento del cine. No es nada nuevo. Creo que es algo que todos a lo largo de la historia hemos tenido que negociar de alguna manera.

Todo tu cine se centra en el éxito y el fracaso, en cómo lidiar con él y cómo compaginarlo con la vida íntima… ¿es algo inherente a la idiosincrasia americana la preocupación por el sueño americano?

Supongo que siempre hay un aspecto personal en el que he terminado escribiendo. Siempre he tenido este tipo de grandes sueños. Quería hacer películas desde que era pequeño, pero era un niño totalmente alejado de la industria. Así que esa idea de ser el chico con grandes sueños que viene de fuera y quiere entrar, intentando ascender, ese tipo de ambición inherente está en mí. Son cosas que siento de primera mano. Pero también hay algo más, creo que aparece una insatisfacción inherente, esa idea de querer siempre más, querer esforzarse más o querer hacer más, que supongo que también creo que es algo más universal. Todos tenemos algún aspecto de eso.

¿Y hay alguna respuesta?

Es difícil saber con certeza por qué o cómo, pero es el tema al que sigo volviendo en cada historia. Supongo que también es el tipo de pregunta que me sigue fascinando, tal vez porque parece que nunca puedo encontrar una respuesta. ¿Cómo encuentras ese equilibrio entre el trabajo y la vida? ¿O entre tus sueños y tu realidad? ¿Cómo se determina si el costo de una meta vale la pena o no? ¿Cuál es el equilibrio en tu vida? Creo que esa es sin duda una pregunta que siempre me hago y vuelvo a ella en todas las películas, a veces pienso que encuentro la respuesta, pero no. Creo que hay una parte solo subconsciente, como de resolver los dilemas que nos mantienen en vela por la noche durante.

De dónde viene la idea de que fuera un latino quien protagonizara la película, quien viviera ese sueño americano, ¿es algo que reivindicar estos días?

Me interesaba mucho ese periodo de la historia de Los Ángeles. Y ahí y uno de los factores más importantes en el crecimiento y la expansión de la ciudad, no es tan conocido, pero tiene que ver con la afluencia masiva de hispanos y específicamente de inmigrantes mexicanos que llegaron. De hecho, Los Ángeles en algún momento había sido básicamente parte de México o del territorio mexicano y, antes de eso, territorio español. Después de la guerra entre México y Estados Unidos, la ciudad pasó a formar parte de América. Durante un tiempo había sido una ciudad muy rural, el dicho cuenta que solo americanos del oeste vivían allí, pero quedaban todo un conjunto de lugares con nombre español y una presencia hispana muy grande. Luego todo eso cambió cuando comenzó la Revolución Mexicana. De 1910 a 1920 hubo una enorme afluencia de inmigrantes del sur de la frontera que se dirigían a Texas, California y otras partes de los Estados Unidos. Y muchos de ellos acabaron en Los Ángeles. Era una cuestión de recuperar esa parte histórica.

Y esos mexicanos entraron en la industria del cine...

Normalmente en la periferia de la industria. Pero terminaron ascendiendo y empezaron a tener una fuerte presencia hispana detrás de la cámara y delante. Fue el fenómeno de los amantes latinos en esa época y había una gran locura por cualquiera que la gente pudiera considerar una estrella latina. Gente como Ramón Navarro, muy famoso, que era de México, Antonio Moreno, de España. Muchos cambiaban sus nombres, como Anthony Quinn y, más tarde, Rita Hayworth. Tenías a Dolores Del Río. Lupe también es de México. Había muchos latinos delante de la cámara y luego había gente detrás que era menos conocida. Enrique Vallejo es uno de ellos. Comenzó como camarógrafo, filmó algunos de los primeros cortos de Chaplin y luego terminó dirigiendo sus propias películas. Una persona de la que aprendí mucho para el personaje de Manny fue en realidad un inmigrante cubano llamado René Cardona, que se mudó a Los Ángeles, trabajó como extra, luego como asistente de dirección y, finalmente, como ejecutivo de un estudio en los años veinte y treinta. Acabó en México y comenzó a trabajar en la industria cinematográfica mexicana. En esa época existía este tipo de fenómeno, una especie de fuerte presencia hispana, no solo en Los Ángeles, sino también en Hollywood. Y me pareció fascinante que no supiéramos mucho al respecto en Estados Unidos..

Y ahí aparece Diego Calva…

Bueno, antes de investigar, sabía que quería que el personaje principal de la película fuera, en cierto sentido, un outsider, un tipo de fuera. Esa persona que había llegado recientemente a Los Ángeles y se sentía fuera de la industria y estaba desesperado por entrar.

La música es una parte importante en esta historia, en todas tus historias, ¿Cómo es el trabajo desde el guion con el compositor, Justin Hurwitz?

Trabajamos juntos de la misma manera. Nos conocemos desde la universidad, así que hemos hecho todas las películas juntos desde entonces y hemos desarrollado una especie de taquigrafía. Una vez que escribo el guion, se lo entrego. Empieza a trabajar con melodías y temas, normalmente solo con el piano al principio y me va enviando demos. Y juntos intentamos encontrar cuáles son las dos melodías o temas musicales clave. Luego él las usa como base para componer el resto de la partitura. En esta película era aún más importante para mí tener mucha música a mano antes de empezar a rodar, porque no solo había cosas en las que había música en pantalla en las que necesitaba actores; sino también había toda una energía en la película que necesitaba expresarse musicalmente, tenía que estar impulsada por la música. Obviamente es una película muy larga y quería que la música hiciera pasar el tiempo más rápido, que tuviera una especie de ritmo acelerado. Trabajamos para que música situara el tono de la película, el tipo de tono que oscila entre lo feliz y lo triste, la comedia y la tragedia y un tono que ayudara a sentir el calor de las fiestas de la película, pero también la melancolía que viene después de todo eso.

¿Y en el montaje?

Usaba la música para hacer guiones gráficos, descifrar el movimiento de la cámara o compartir la música con el equipo y los actores del set. Poníamos la música muy a menudo en voz alta, para ayudar a marcar el tono. Coreografiábamos al ritmo de la música, por ejemplo, el baile de Margot Robbie, o algunos de los movimientos del público en las fiestas. Y luego, mientras rodaba, el material pasaba a manos de mi montador, Tom Cross, con quien también he trabajado en muchas películas, y él también tenía la música en la mano. Esa ha sido nuestra plantilla a la hora de trabajar antes, durante y después del rodaje. De hecho, Justin trabajaba en la habitación de al lado de Tom y mía, así que todo fluía muy rápido, en medio de idas y venidas de habitaciones. Pero ya digo, es una manera similar a las anteriores colaboraciones entre amos.

Cuentas con Brad Pitt en la película, ¿es la última estrella clásica de Hollywood que queda en este momento de influencers y renovación generacional?

Es una gran pregunta porque realmente no hay mucha gente que cumpla con ese perfil de la manera en que lo hace Brad Pitt. Hizo que fuera un papel difícil de interpretar, en el sentido de que en realidad solo había un puñado de personas que podían hacerle justicia al personaje. Me sentí muy afortunado, muy feliz de que Brad estuviera dispuesto a hacerlo. Pero sí, creo que representa, una especie de tradición que parece que es cada vez más rara hoy en día en Hollywood. Es una tradición que se remonta a la época de la película, con gente como Rodolfo Valentino y John Gilbert y Douglas Fairbanks y Clark Gable y Gary Cooper. Ellos inspiraron al personaje de alguna manera. También Cary Grant y Robert Redford, Harrison Ford, etc. Hay algo en Brad que, obviamente, parecía que encajaba perfectamente en el papel. Es como que está interpretando una versión de sí mismo. Pero también creo que lo que me encanta de trabajar con él es que siempre va más allá cuando aborda un personaje. Se aseguró de darle una capa de humanidad, vulnerabilidad y fragilidad para que se convirtiera en mucho más que una estrella de cine que interpreta a una estrella de cine. De hecho, terminas viendo a un ser humano debajo. Es la primera vez que Brad Pitt interpreta a una estrella de cine en una película, irónicamente, también creo que es una de las actuaciones más vulnerables que ha hecho, con una suavidad y una ternura de las que no estamos acostumbrados a ver en él. Así que fue muy emocionante para mí.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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