Ni uno, ni dos, sino cinco: el análisis de la polémica que rodea a Joe Biden por el hallazgo de documentos confidenciales

Al presidente Joe Biden le han encontrado no uno, ni dos, sino cinco lotes de documentos clasificados de su etapa como senador y como vicepresidente durante la administración de Barack Obama (2009-2017). Los primeros estaban en un despacho —Penn Biden Center—, en Washington que frecuentaba antes de ser presidente y otros aparecieron en su casa en Wilmington (Delaware, la residencia en la que pasa sus vacaciones y también muchos fines de semana. Estos hallazgos complican la situación de Biden, e incluso podrían influir en su decisión de optar a la reelección en 2024, por varios motivos. El primero es que estos documentos son material confidencial, unos papeles que tendrían que haber sido entregados a los Archivos Nacionales al finalizar su mandato en enero de 2017. Lo segundo es porque no han aparecido todos juntos, sino poco a poco. El primer lote lo encontraron los abogados de Biden hace dos meses, antes de las elecciones legislativas del pasado noviembre, aunque no se hizo público hasta principios de enero. Luego, se han producido otros registros por parte de sus letrados y también del FBI, que han encontrado otros cuatro lotes más. El tercer motivo que complica la realidad del presidente es la mala gestión que está haciendo para salir de esta crisis. «Han encontrado unos documentos, en un armario bajo llave. Se dieron cuenta de que había varios documentos clasificados e hicieron lo que hay que hacer: inmediatamente entregarlos a los Archivos Nacionales. Este descubrimiento me ha sorprendido. Me sorprendió estar en posesión de material confidencial», afirmó Biden para justificar el hallazgo de estos papeles. Lo presentó al principio como si se tratara de un descuido. Sin embargo, esto no es suficiente en algunos sectores, donde crecen las voces que le tachan de irresponsable y que critican a la Casa Blanca por falta de transparencia. Por otro lado, el Departamento de Justicia ha decidido investigarle. Para ello, el fiscal general, Merrick Garland, nombró a un fiscal especial, Robert Hur, que será el encargado de profundizar en el caso. Se trata de una figura a la que recurre el Departamento de Justicia para tratar casos delicados. Esta misma actuación fue la que se hizo con los papeles secretos que guardaba el expresidente Donald Trump, los más de 300 documentos que retenía en su mansión en Mar-a-Lago, en Florida. Estos dos casos son muy distintos, aunque se están comparando mucho. Tanto Trump como Biden están siendo investigados por un fiscal especial, pero la principal diferencia es la cooperación con la Justicia: el actual presidente asegura estar colaborando estrechamente con las autoridades, mientras que a Trump se le investiga por obstrucción a la Justicia.