La glabela, la lúnula y otras partes muy identificables de tu cuerpo que tal vez no sabías cómo se llamaban

Madrid

Desde que somos bien pequeños nos enseñan a identificar piezas clave de nuestro organismo como pueden ser la nariz, los ojos, la boca o las orejas. Todo ello para descubrir posteriormente cómo funciona cada una de estas y conocer más acerca de los distintos sentidos de nuestro cuerpo. A medida que vamos creciendo, los distintos profesores y profesoras que encontramos en nuestro camino nos ofrecen más detalles acerca de nuestro cuerpo y nos enseñan los distintos huesos que podemos encontrar en nuestro cuerpo, así como los músculos y las articulaciones que los acompañan. Desde ese esternocleidomastoideo que te aprendes de carrerilla porque te hace gracia hasta otros rincones menos populares como puede ser la escápula.

Sin embargo, hay varias partes muy identificables de tu cuerpo que probablemente no sabías cómo se llamaban. ¿Alguna vez te habías preguntado cómo se llama la parte trasera de las rodillas? ¿Y esa semiluna de color blanco que tanto destaca de tus uñas? A continuación te ofrecemos la respuesta a estas preguntas y a muchas más que probablemente nunca te habías preguntado pero que ahora quieres saber. Un listado que arranca resolviendo la primera de las preguntas formuladas, pues habla acerca la corva tan característica del ser humano y muchos otros animales más.

Desde la corva hasta la carúncula

También conocida como hueco poplíteo a nivel anatómico, la corva se define como la parte de la pierna, opuesta a la rodilla, por donde se dobla y encorva. A pesar de que pueda parecer una zona del cuerpo sin nombre, esta da cobijo a varias partes importantes de nuestro cuerpo como el nervio ciático, la vena poplítea o la arteria poplítea. Mientras tanto, la región anterior a la articulación del codo es conocida como fosa cubital. Una depresión triangular que se encuentra entre los músculos braquiorradial y el pronador redondo, que siempre ha pasado desapercibido en detrimento del codo.

Y de la fosa cubital viajamos hasta el ojo. Concretamente hasta ese pequeño nódulo con forma globular y color rosáceo en el canto interno de cada ojo en el que forman principalmente legañas. Hablamos sobre la carúncula lagrimal. Un bulto, que se forma por elevación de la mucosa, que está compuesto por glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas modificadas, todo ello rodeado de piel. Entre sus labores principales podemos encontrar la de secretar una sustancia espesa de color blanquecino que ayuda a lubricar el ojo. Una sustancia que participa, junto a una mezcla de secreciones de la glándula lagrimal, la conjuntiva, la carúncula lagrimal, la glándula de Meibomio e incluso por mucosidad nasal, en la formación de legañas.

¿Cómo se llama realmente el entrecejo?

A escasos centímetros de este recoveco encontramos otro que probablemente hayas estado llamado entrecejo durante toda tu vida. ¿Sabías que tiene su propio nombre? En caso de que alguien te pregunte acerca de tu glablela te estará hablando acerca de ese espacio sin pelo que destaca entre las cejas. Otro pequeño espacio de carne que separa dos partes de nuestro organismo es la columela, ese pequeño tabique que se encuentra entre los dos agujeros de la nariz que nos hace la vida mucho más sencilla.

Por último te ofrecemos un viaje hasta tu oreja, Concretamente hasta el tubérculo de Darwin, un vestigio del ser humano que todavía está presente en un gran número de hombres y mujeres. Hablamos sobre un pequeño engrosamiento cartilaginoso, situada en el borde las orejas de algunas personas, que se relaciona con la capacidad de los primates de detectar sonidos lejanos. De esta manera, y a pesar de que sean fácilmente reconocibles, hay un sinfín de partes de nuestro cuerpo que tal vez no sabías cómo se llaman.