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Myanmar dobla su producción de opio

La fotoperiodista Valeria Mongelli explica la crisis que ha empujado a las drogas a la población y conocemos el proyecto de Médicos Sin Fronteras que ha puesto música a este y otros dramas humanitarios

El opio del pueblo de Myanmar

El opio del pueblo de Myanmar

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La producción de opio en Myanmar aumentó un 88% en 2022 respecto al año anterior hasta casi doblarse, según datos de Naciones Unidas. La fotoperiodista Valeria Mongelli ha podido comprobar de primera mano el altísimo consumo de opiáceos en el que se traduce esta elevada producción en una zona de la frontera con India.

Este incremento récord se explica por la crisis económica que ha vivido el país desde el golpe de Estado de la junta militar en 2021. “Es una realidad que ha aumentado mucho desde el golpe, porque la situación económica de Myanmar se ha complicado”, explica Mongelli.

Entre quienes perdieron su empleo y quienes se oponen al Gobierno militar y están escondidos, “hay mucha gente que ya no tiene más posibilidades de trabajar, así que se ponen a producir opio y drogas sintéticas”. Se llegan a producir estas drogas incluso en las casas o en pequeños laboratorios.

En el estado del nordeste de India fronterizo con Myanmar del que la periodista acaba de regresar, el consumo de heroína es muy alto. En ello pude influir también que en esa región está prohibido el alcohol.

Aunque muchos tienen miedo, asegura Mongelli, “son valientes y luchan contra los militares con muy pocas armas ni protección”. Así que combaten con lo que pueden, “fabrican bombas en las casas, con medios muy precarios”.

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Esta resistencia contra los militares la forman grupos rebeldes que tienen un gran apoyo de la población, especialmente de los jóvenes y grupos como los sanitarios o profesores. Pero la periodista subraya las diferentes poblaciones, etnias y culturas que convergen en el Estado y que también tienen luchas internas entre ellas.

El grupo que apenas resiste son los rohingya, la minoría musulmana en el país, que ha vuelto a salir perdiendo con la situación actual.

Poner música al drama humanitario

Una familia que espera en una cola de distribución de alimentos en un campo de refugiados rohingya en el sur de Bangladesh con un papel en la mano que empieza a empaparse con las lluvias que amenazan su supervivencia. Esta es una de las imágenes a las que ponen música y voz el músico de origen kurdo Gani Mirzo y el fotoperiodista Pablo Tosco.

Cientos de miles de personas de la etnia rohingya huyeron de Myanmar por la persecución religiosa y encontraron refugio en uno de los países más pobres del planeta, Bangladesh. En chozas construidas con cartón, con lonas de plástico y palos, hacen frente a la temporada de tormentas torrenciales que arrasan y amenazan su vida diariamente. Mirza y Tosco forman parte de una iniciativa en la que Médicos Sin Fronteras ha encargado varios músicos componer la banda sonora de diferentes dramas humanitarios.

La responsable del proyecto ‘Enfocah’, Mila Font, cuenta que su principal objetivo es evitar que estas crisis caigan en el olvido. Además de la tragedia del pueblo rohingya, han elegido situaciones difíciles como la que viven los migrantes en los centros de detención de Libia, la desnutrición en Madagascar o la tuberculosis en India.

Las fotografías de Pablo Tosco retratan el inicio del éxodo rohingya en varios centros de refugiados en la zona de Cox's Bazar en el sur de Bangladesh, donde se calcula que más de un millón de personas han buscado refugio. El drama de ese éxodo dura ya más de cinco años. Paseando por los campos, el fotógrafo se sintió “interpelado por la vida de las personas desde nuestros privilegios”.

En esas imágenes se ha inspirado Gani Mirzo para componer su pieza ‘Belabun’, una palabra kurda que significa que “se han repartido involuntariamente” y que define bien a estas personas expulsadas de su tierra. Armado con un laúd, el músico “buscaba lo simple y profundo” para explicar esa tragedia.

Esta enorme crisis humanitaria no está en las prioridades de la agenda internacional. “Aparece en los titulares a golpe de personas que pierden la vida”, lamenta Tosco. Pero las causas de lo que está sucediendo quedan ocultas, dice, y tienen que ver con “múltiples situaciones de desigualdad, de injusticia, de exclusión, de marginación, de falta de respeto, de persecución…”

 
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