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Casi 1,3 millones de personas apoyan la segunda protesta masiva en Francia contra la reforma de las pensiones propuesta por Macron

La huelga general ha provocado parones en algunos sectores como el ferroviario, el petrolero o el educativo. Los sindicatos han convocado nuevas protestas para el 7 y el 11 de febrero

Manifestantes contra el plan de pensiones en París (Francia), portan un cartel con la cara del presidente francés, Emmanuel Macron, y con la frase "No a la jubilación de Macron. 60 años para todos". / YOAN VALAT EFE

París

Francia ha vivido este martes la segunda protesta masiva de este mes de enero contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron, en una jornada de huelga general en la que los sectores ferroviario, petrolero y educativo realizaron importantes paros. Después de la amplia protesta del 19 de enero, los sindicatos han echado un nuevo pulso a Macron exigiéndole la retirada tanto del retraso de la edad mínima de jubilación, de los 62 años actualmente a 64, como del adelanto a 2027 del alargamiento del periodo de cotización, de 42 a 43 años.

En total, el Ministerio del Interior ha cifrado en 1,27 millones el número de personas que se han movilizado este martes. Se trata de 25.000 personas más de las que participaron en la primera protesta, pero los sindicatos han convocado nuevos paros para el 7 y el 11 de febrero, para así aumentar la presión sobre el Gobierno de Macron.

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"El mundo del trabajo lo dice alto y claro, en la mayor protesta en 25 años, no quiere un aumento de la edad mínima de jubilación", ha afirmado a Laurent Berger, líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), primer sindicato del país. En la cabecera de la manifestación parisina junto a otros líderes sindicales, entre ellos Philippe Martínez, de la combativa Confederación General del Trabajo (CGT), los convocantes han contabilizado a unos 500.000 participantes, frente a los 400.000 calculados hace doce días.

La de París fue la más mayoritaria entre las 250 protestas convocadas en toda Francia, seguida por la de Marsella. Allí, la Prefectura ha estimado 40.000 manifestantes (205.000 los sindicatos), aún así más que el pasado 19 de enero, cuando tuvo lugar la primera de una serie de movilizaciones contra la reforma de las pensiones. La meta de los sindicatos es, como en 1995 durante la presidencia del conservador Jacques Chirac, lograr que la presión social sea tal que impida la puesta en marcha de una reforma de las pensiones.

Menos manifestantes que el día 19, según el Gobierno

Los sindicatos y el Ejecutivo se han enzarzado en la tradicional batalla por los datos de seguimiento. A la espera de los datos definitivos, se estima que han secundado el paro un 19,4 % de los funcionarios de la Administración Central frente al 28% del 19 de enero, según el Gobierno. Los trabajadores públicos de las administraciones locales se han adherido a la huelga en un 7,9 %, frente al 11,3 % del día 19, y los de los hospitales en un 8,5 %, después del 9,9 % anterior. No obstante, sí que hubo servicios especialmente impactados como el petrolero, el ferroviario, el aéreo y el educativo, según cifras de los sindicatos.

Cerca de un tercio de los empleados de los trenes gestionados por la estatal SNCF secundaron la huelga —frente al 46,3% del 19 de enero—, lo que provocó que solo circulasen dos trenes regionales de 10 y entre el 25 y 30% de los de alta velocidad. En la enseñanza secundaria, se calcula un 55% de huelguistas, de acuerdo con los sindicatos. Según el Ministerio de Educación, hubo 25,92% de profesores que respaldaron el paro, contando todos los niveles educativos, frente al 38,5% del 19 de enero.

Como era esperado, el sector de las refinerías y los depósitos de combustibles de TotalEnergies se movilizaron en masa, de acuerdo con el sindicato CGT. Cuatro refinerías contaron con al menos 75% de su personal en huelga.

"Pedimos un refuerzo a los franceses"

En la rutinaria sesión parlamentaria de control al Gobierno, la reforma de las pensiones fue uno de los principales temas. El ministro de Trabajo, el antiguo socialista Olivier Dussopt, ha defendido la reforma ante las preguntas de la izquierda radical y la ultraderecha. "Pedimos a los franceses un esfuerzo para que se pueda mantener el actual sistema por repartición", ha aseverado Dussopt, quien lo ha justificado esgrimiendo el envejecimiento de la población: se ha pasado de los tres cotizantes por un jubilado de la década de 1970, al 1,7 de cotizantes de hoy en día.

El Ejecutivo galo ha defendido también la reforma del sistema de pensiones para estar en línea con la UE, pues Francia es uno de los países en los que la edad mínima de jubilación es más baja (62).

Un argumento desechado por los líderes sindicales. "Cuando hemos trabajado toda la vida el anhelo es poder vivir de la pensión, y durante más tiempo. Ese es el mensaje de la calle en Francia", ha asegurado Martínez. Berger, que es también presidente de la Confederación Europea de los Sindicatos (CES), ha pedido al Gobierno galo que deje de "usar el argumento de Europa" para alargar la vida laboral, ya que la edad real de las jubilaciones en Francia y el resto de la UE es muy parecida.

 
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