Santiago Niño Becerra señala el "error" del Gobierno con la subida "generalizada" del Salario Mínimo: cree que olvidan un aspecto clave

Madrid

El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) crecerá un 8%, hasta los 1.080 euros. El acuerdo está ratificado por los dos principales sindicatos del país, CCOO y UGT, aunque cuenta con la oposición de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. De hecho, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha apercibido a Antonio Garamendi, a quien ha instado a acudir a la Mesa de Diálogo para "estimar lo oportuno".

El nuevo SMI, que se aprobará en el próximo Consejo de Ministros del 14 de febrero, constará de 14 pagas y tendrá carácter retroactivo desde el 1 de enero. El gobierno calcula que alrededor de 2.2 millones de ciudadanos se beneficiarán de este incremento. Quienes lo cobren recibirán en febrero su salario más una primera paga de 1.080 euros, además de otros 80 euros de atrasos. Su primera nueva nómina, por tanto, será de 1.160 euros.

Actualmente, uno de cada tres menores de 24 años cobra el SMI, así como uno de cada cinco trabajadores entre los 24 y 34 años. Y es que según la Encuesta de Población Activa, alrededor de 1.1 millones de mujeres perciben una nómina de esta cantidad mínima frente a los 800.000 hombres beneficiarios. El sector que se verá más beneficiado por esta nueva medida es la agricultura, donde la mitad de sus empleados perciben este ingreso mensual.

Sobre la noticia económica de la semana, el economista Santiago Niño Becerra comenta que se muestra "completamente a favor del concepto que engloba el Salario Mínimo Interprofesional" aunque con unos matices. Si bien es cierto que países como Alemania terminaron por adoptar estas políticas socio-económicas, en España, considera, se ha atentado contra sus principios. "No comparto la filosofía que subyace", apunta.

"El SMI está por debajo de la media nacional"

El también autor de 'Futuro, ¿qué futuro?' explica que "el SMI es un concepto técnico" que basa su cuantía o aumento del importe en "unos cálculos". "Por eso no comparto que la cifra la marque el Gobierno", añade. Además, Niño Becerra ve ilógico que el importe sea el mismo en todos los puntos de la geografía nacional. "Debería adecuarse al nivel de renta de las regiones", apunta. Para ilustrarlo, pone el ejemplo de Austria que, con una productividad superior a la española, estipula salarios mínimos más altos.

"Si hubiera un SMI por cada Comunidad Autónoma no habría problemas de competencia", comenta convencido sobre la gestión entre administraciones regionales y el Gobierno central. Considera que es un "error" homogeneizar las 17 realidades del país, ya que esa cuantía acordada por los sindicatos y el Gobierno es muy inferior a la media nacional de 1.283 euros mensuales. "Atendiendo al poder adquisitivo en Madrid tendría que ser de 1.484, en Euskadi de 1.364 o en Andalucía de 1.234, esta cantidad no te da el mismo poder adquisitivo según la zona de España", lanza.

Como ya ha recalcado en numerosas ocasiones, en relación a las ayudas económicas de carácter general, el también profesor universitario considera que deberían considerarse los "nombres, apellidos y dirección postal" para las subidas del alquiler. "Pero para bien o mal estamos en el sistema capitalista, el mercado asigna los recursos, el Estado tendrá potestad de intervenir, pero tras ello pasan cosas", señala. La subida del euríbor, que cerró el año en el 3.337%, ha obligado a que "bancos y entidades financieras estén restringiendo los créditos inmobiliarios". "Se dan cuenta de que no pueden pagarlos", añade.

Tipos hipotecarios

Sobre los tipos hipotecarios, incide en que "estamos en un sistema en el que cada uno puede escoger y donde la intervención del Estado no está contemplada". Cuestionado por el motivo tras los rescates bancarios, apunta que se debe al "pánico generado". "Si quiebra una empresa de 7 mil empleados es un drama en una zona en concreto, pero si quiebra un banco se genera un pánico generalizado", añade. Sobre una posible "burbuja inmobiliaria", señala que "los expertos dicen que no la habrá" porque "la demanda bajará al restringir los créditos".

Por último, ha comentado la cuenta pendiente de España respecto a otros países europeos: las políticas fiscales. Tilda como "un mal rollo" que "España sea el país de Europa con más deducciones y desgravaciones". "Es un bosque y tenemos unos tipos brutales, el marginal de la renta de Cataluña es mayor que el de Suecia, ¿no tenemos que replantearnos el cuadro fiscal?", se plantea.