"Pensaba que no iba a volver a ver la luz del día": así fue el rescate de un equipo español a un joven bajo los escombros en Turquía

Adiyaman (Turquía)

Las zonas afectadas por los terremotos en Turquía y Siria se han convertido en un mar de escombros. Entre los dos países hay más de 15.000 muertos y alrededor de 40.000 heridos. Las réplicas son constantes, ha habido cerca de un centenar en los últimos dos días, pero a pesar de eso, las tareas de búsqueda y rescate entre los edificios desplomados no cesan. Un equipo de doce rescatadores y dos perros de la ONG valenciana Intervención, Ayuda y Emergencias (IAE) llegó este martes al aeropuerto de Adana (Turquía), donde se está centralizando la ayuda internacional. Pronto se les asignó un área de trabajo: la ciudad turca de Adiyaman, una de las más afectadas por el terremoto que ha asolado aquel país. Allí realizaron anoche su primer rescate.

"Nos dijeron que había una persona atrapada que pedía ayuda y teníamos dudas pero fuimos y, efectivamente, había un chico de 26 años que llevaba dos días bajo los escombros y los equipos locales no pudieron sacarle. No tenían el material necesario, no tienen esta práctica que podemos tener nosotros porque el rescate era muy difícil", relata en Hoy por Hoy María José Rodríguez Navarro, una de las integrantes de ese equipo de rescate español. El chico llevaba dos días sin ropa de abrigo, le habían puesto una vía y estaba a 3 metros de donde estábamos nosotros con el pie aplastado por un hormigón. Era imposible sacarlo si no tienes el material. En dos horas lo sacamos del escombro. En su lengua nos decía "gracias, yo pensaba que no iba a volver a ver la luz del día", recuerda que les traducía la persona de la ciudad que siempre va con ellos.

A medida que van pasando las horas es mas difícil encontrar a personas con vida. Las bajas temperaturas provocan hipotermias y se puede estar más tiempo sin comer pero no sin beber. El equipo de esta ONG valenciana está perfectamente coordinado. Gracias a su entrenamiento previo, saben exactamente qué hay que hacer en cada situación para perder el menor tiempo posible con todas las medidas de seguridad que sea posible. En el caso concreto de este rescate, utilizaron palas y radiales, y una vez se pudo sacar al joven, se colocó en una camilla para inmovilizar la espalda por si podía tener daños serios en su cuerpo.

La rescatista María José Rodríguez reconoce que, a pesar de llevar dos días sin dormir, la adrenalina ante estas situaciones es más fuerte, sobre todo, cuando ayudas a alguien: "Cuando rescatas a una persona con vida, estás pensando "a dónde vamos ahora, a ver si tenemos suerte".

En las calles de Adiyaman hay mucho dolor por lo perdido y mucha impotencia. Alrededor de los edificios derruidos es frecuente ver a personas llamando a sus seres queridos, con la esperanza de que respondan entre los escombros. Mucha gente se ha quedado sin casa y se improvisan los refugios en los lugares más insospechados a la espera de que el gobierno de Erdogan apruebe un decreto que les facilite algún sitio a dónde ir.