"Es muy difícil vivir separada de tu marido": despedidas en la estación de Kramatorsk un año después del inicio de la guerra
Esa estación de trenes vivió hace casi un año uno de los bombardeos más cruentos de la ofensiva rusa en el que murieron 59 civiles. Las despedidas siguen sucediéndose ante el temor de que se intensifiquen los ataques en el aniversario del combate
NICOLÁS CASTELLANO
Kramatorsk
Un monolito en la estación de trenes de Kramatorsk recuerda la tragedia que se sufrió allí el pasado 8 de abril. Hacía poco que había comenzado la ofensiva rusa y muchas familias ucranianas intentaban huir del país cuando varios misiles bombardearon la estación y 59 civiles perdieron la vida. Entre ellos había muchos niños, a los que algunos peluches colgados de una valla les recuerdan.
En esa estación se despiden Victoria y Basil. Él está combatiendo en esa zona del Donbás y ella ha venido a visitarle: "Es muy difícil vivir separada de tu marido por la guerra", cuenta, y poco después se funden en un abrazo. Basil intenta consolarla. La moral del ejército ucraniano es lo que resiste con más fuerza a pesar del tiempo. Algunos soldados —como Irina, una francotiradora de Infantería— nos cuentan que los combates están siendo muy duros con los rusos y que cada día intentan recuperar posiciones pero que, aunque tengan menos armas, "tienen mucha más moral y resistirán".
Mikolaiv, de 42 años, cuenta que los rusos atacan sus defensas cada día. Reconoce que, un año después, están cansados pero están seguros de que vencerán. "No podemos tomarnos una pausa ni rendirnos porque si te rindes, los rusos nos destruirían a nosotros y a nuestras ciudades, por eso necesitamos seguir adelante", cuenta otro soldado que viene de Bajmut que pide más aviación y armas. Esa ciudad de la zona de Donbás es un punto estratégico ahora mismo de campo de batalla. La semana pasada el gobierno ucraniano ordenó a la población civil que evacuaran la población ante los ataques entre fuerzas rusas y ucranianas.
El movimiento de tropas es constante entre Bajmut y Lyman, dos puntos clave de la zona del Donbás, al este de Ucrania. Camiones militares y tanques pasan con frecuencia por sus carreteras. Mientras Bajmut permanece asediada por Rusia, Lyman fue liberada por el ejército ucraniano en octubre y ahora algunos de soldados van y vienen de allí para adquirir suministros, comida y bebidas calientes.
Antonina, de 70 años, estaba en su cocina cuando los restos de un misil destrozaron parte de su vivienda y de todo el edificio en Druzhkivka, cerca de Kramatorsk: "Estaba en la cocina y escuché un golpe, me acerqué y estaban todos los cristales rotos", cuenta a la SER desde el interior de su casa.
En la región del Donbás llevan desde 2014 sufriendo los embates de la guerra y, un año después del comienzo de la nueva ofensiva de Putin, la zona vive uno de los momentos de máxima tensión e incertidumbre.