Niños ucranianos en España sufren la guerra en la distancia
El colegio Ucraniano de Alcorcón suma hoy más de 400 alumnos, 150 son niños y niñas refugiados de la guerra que encuentran en este espacio un lugar donde reunirse con sus iguales y compartir su idioma. Todos los pequeños, los que han huido de la guerra y los que han nacido aquí, sufren por sus padres, abuelos, tíos y primos que siguen en Ucrania
Niños ucranianos en España sufren la guerra en la distancia
Madrid
Los niños y niñas en Ucrania se han visto obligados a esconderse bajo tierra durante una media de 920 horas en el último año, según ha calculado Save the Children. El año pasado se anunciaron 16.200 alertas de ataques aéreos. Adultos, niños y niñas pueden llegar a pasar hasta 8 horas bajo tierra, sin poder salir, por los continuos ataques con misiles. Kira de seis años, recuerda el sonido de las alarmas y las carreras hacia el búnker, pero dice que nunca vio un avión en el cielo. Nos lo cuenta a la hora del recreo en el colegio Dyvosvit, que significa "mundo maravilloso". Es el colegio ucraniano más grande de Europa, hay quien dice que del mundo, y está en Alcorcón, un municipio del sur de Madrid. Este centro, que de lunes a viernes es el Instituto de Secundaria Luis Buñuel, acoge todos los sábados a más 400 niños alumnos y alumnas ucranianos, 150 son refugiados de la guerra.
La directora, Natalia Bondarenko, cuenta que al inicio de la guerra se vieron desbordados con la llegada de más de un centenar de niños que huían, en la mayoría de los casos junto a madre y hermanos, de la guerra. Meses después se produjo el retorno de muchos de estos niños pero desde este otoño como los ataques han ido en aumento algunos de esos que se fueron han tenido que regresar. Natalia sigue contando que que este segundo viaje ha sido menos traumático para los pequeños porque ya sabían a dónde iban y tenían aquí compañeros con los que reencontrarse. Pese a ello, esos niños reciben a diario noticias de muerte y destrucción. Todos, añade, los refugiados y los que han nacido aquí o llevan a aquí casi toda la vida, los 400 alumnos de este colegio están marcados por este conflicto porque tienen allí abuelos, tíos, primos, amigos.
Miedo por los que se han quedado allí
Hablamos con Stepan de 11 años que regresó a Ucrania este verano y en diciembre su familia decidió que lo mejor era volver a Madrid. Nos dice que tiene mucho miedo por su padre que está en el frente. También se quedó en Ucrania el papá de Kira que tiene seis años y dice que lo echa mucho de menos aunque habla casi a diario con él. Su hermano Losha recuerda perfectamente el viaje de tres días que les trajo hasta España en autobús con paradas para dormir en Alemania y Francia. Alejandra vivía en Kiev y allí ha quedado parte de su familia. Tiene 11 años y nos responde con monosílabos Dice que tiene mucho miedo por los que se han quedado allí y que echa de menos a la familia, su casa y a su perro. Natalia Bondarenko explica que "muchos de estos niños no hablan, no hablan sobre todo de la guerra, es su forma de defenderse".
En este colegio los niños ucranianos, aunque sea sólo un día a la semana, encuentran un espacio donde convivir con sus iguales. Lo dice la directora, estos niños necesitan escuchar su idioma, se sienten mas cómodos porque aun no han llegado al nivel de hablar o de entender las costumbres de los niños españoles. Y hay que añadir la tristeza o depresión que algunos arrastran porque, en palabras de Natalia Bondarenko "cada niño es una historia diferente. Pero todos pierden su infancia, pierden la época más bonita. Aquí les ayudamos, pero no es fácil para ellos.