Pilar Castro: "El sistema nos deshumaniza y nos impide saber quiénes somos"

Madrid

Esta conversación ha empezado reviviendo una imagen de la infancia que a Pilar Castro se le quedó grabada en la memoria: ella, de la mano de su padre, paseando por la Puerta del Sol y tomando unas croquetas y un caldito en Lhardy. Y fue precisamente él quien supo ver su talento: "Era cantante y no pudo desarrollar nunca su carrera. Él vio algo artístico en mí y me metió al conservatorio de Ópera, y se lo agradeceré toda la vida", contaba la actriz.

Una rotura en el brazo la obligó a dejar el ballet y, sin esperarlo, aterrizó en la televisión: "Fui con mi grupo de amigas del barrio a ver a Enrique y Ana al Parque de Atracciones, nos metimos por el backstage, y nos enteramos de que iban a hacer un casting para un grupo de baile. A mi madre no le hacía mucha gracia, pero me cogieron y empecé a trabajar en 'Aplauso'".

En los primeros años, mientras se sacaba un sueldo como camarera, se buscó la vida haciendo figuración y la cogieron en 'Ovejas negras', donde actuaban Juan Diego Botto, Gabino Diego y Maribel Verdú. Ellos fueron quienes la animaron a apuntarse a la escuela de Cristina Rota y centrar sus esfuerzos en la interpretación: "Ahí aprendí todo. Cristina lo que hacía era destacar nuestra particularidad como actores y allí descubrí que podía hacer comedia. Monté una compañía de teatro con Secun de la Rosa, la 'Caracalva', y me metí en Animalario", ha contado la actriz sobre sus inicios en la profesión.

"Historias del Kronen", "Los 2 lados de la cama", "Gordos", "Al salir de clase", "Cuestión de sexo", "El chico de la última fila"... A sus espaldas tiene más de 50 proyectos, entre películas, teatro y series, y todavía hoy siente la inseguridad de las primeras veces: "Siempre pienso que el otro lo va a hacer mejor que yo y que no voy a poder con los proyectos. Mi voz interior es difícil".

Ahora está representado "Contracciones" junto a Candela Peña, una obra que plantea una reflexión sobre el poder mediante una conversación entre una jefa y una empleada: "Lo que más me ha costado es deshumanizar a una persona, que es lo que nos pasa con el sistema actual. Un sábado estás en tu casa y te cuestionas qué quieres hacer y qué haces con tu vida. Yo trabajo para comprarme una casa, pero nunca he podido. Yo el año pasado trabajé en tres proyectos, pero fueron 15 días en total, y eso te tiene que dar para vivir el resto del año", ha explicado Pilar Castro.