¿Un 'consolador' en la Antigua Roma? Identifican el primer gran falo de madera conocido en el Muro de Adriano
Arqueólogos británicos han reinterpretado como posible instrumento sexual un falo encontrado en el fuerte de Vindolanda
Arqueólogos de la Universidad de Cambridge han reinterpretado como el primer gran falo de madera conocido en el ámbito de la arqueología romana un objeto hallado en 1992 en el fuerte de Vindolanda, cerca del Muro de Adriano, un extenso complejo defensivo de 117 kilómetros en el norte de Gran Bretaña que marcaba frontera entre la Britania romana y la Caledonia no conquistada.
Más información
Existen sobradas evidencias de que las representaciones fálicas eran objetos comunes en la Antigua Roma. Los investigadores creen que el uso de pequeños colgantes o pendientes con falos y testículos hechos de metal, piedra o hueso —y, en algún caso más raro, de madera— cumplía una función erótica y, a la par, ritualística, como forma de atraer la fertilidad o purificarse.
Los falos de grandes dimensiones no son tan frecuentes y, en la mayoría de los casos, los que se han hallado estaban hechos de piedra o de metal. Esto no significa que no se fabricaran en madera, dado que este material se descompone con mayor faciliad, pero hasta ahora el único documentado es el que se encontró en Vindolanda.
En un artículo publicado este lunes en la revista de Cambridge, los arqueólogos Rob Collins y Rob Sand plantean tres hipótesis sobre la función a la que estaba destinado el objeto:
- Un componente saliente de un pilar, una estatua o un edificio.
- Una mano de mortero.
- Un instrumento sexual.
La tercera de ellas es la más interesante. "Interpretar el falo de Vindolanda como un instrumento sexual es más difícil y quizás incómodo, para una audiencia moderna", señalan los investigadores. "No obstante, debemos estar preparados para aceptar la presencia de consoladores y la manifestación de prácticas sexuales en la cultura material del pasado", aseguran.
A este respecto, plantean que la denominación 'juguete sexual', más propia de la actualidad, puede ser inexacta o anacrónica, ya que el uso como instrumento sexual de falos como el encontrado en Vindolanda no necesariamente está asociado al placer del usuario. "Dichos objetos pueden haber sido utilizados en actos que perpetuaron los desequilibrios de poder, como entre una persona esclavizada y su dueño, como se atestigua en la recurrencia de la violencia sexual en la literatura romana", aclaran.
16 centímetros de madera de fresno
El falo de Vindolanda mide 16 centímetros y está tallado en madera de fresno joven. Cuenta con una base cilíndrica ancha que tiene un extremo convexo, un eje más estrecho y una punta con forma de glande, que se distingue por una línea de 27 milímetros de largo y tres de ancho. "La madera arqueológica es propensa a encogerse y deformarse, y todas las medidas dadas aquí son posteriores a la conservación, lo que probablemente representa una subestimación de las dimensiones originales", sostienen los autores del estudio.
La pieza presenta un mayor desgaste tanto en la base como en el extremo superior, lo que sugiere que podría deberse a la manipulación como mortero o al uso en contextos sexuales. "Si el falo de Vindolanda funcionaba como consolador, no necesariamente tenía que haber sido utilizado para la penetración", creen Collins y Sand, que agregan: "Acciones como la estimulación del clítoris podrían ajustarse mejor a la forma y el desgaste observados".
Creencias en la antigua Roma